El Banco Central Europeo acumula en la actualidad un total de 504,8 toneladas de oro en reservas, repartidas en las cámaras acorazadas de cinco instituciones financieras internacionales con sede en Londres, París, Lisboa, Nueva York y Roma. El BCE ha confirmado que no realiza ninguna auditoría anual de los lingotes de oro que constituyen sus reservas de oro.
En respuesta a las preguntas remitidas desde Bullion Star, publicado en el blog de Ronan Manly, el BCE mantiene como reservas un total de 16.229.522 onzas de oro, equivalentes a 504,8 toneladas, que se encuentran repartidas entre Londres, París, Lisboa, Nueva York y Roma.
Sin embargo, desde el organismo bancario no han precisado la cantidad de oro que alberga cada una de las sedes, y señalan que se encuentran almacenados allí porque ya lo estaban antes de que su propiedad fuera transferida al banco, y se consideraba demasiado costoso trasladarlo.
Según explica Ronan Manly en su blog, cuando se creó la moneda única europea en 1999, cada miembro fundador del euro transfirió una cantidad de reservas extranjeras al Banco Central Europeo. De éstas, el 85% se realizó en dólares estadounidenses y yenes, y el 15% restante, en oro físico. Por ello es por lo que el BCE asegura que el oro ya estaba almacenado en dichas sedes antes de que se le transfiriera su propiedad.
Respecto a los lugares concretos donde el oro se encuentra almacenado, Manly asegura que se trata de las cámaras acorazadas del Banco de Inglaterra, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, el Banco de Francia, la Banca de Italia y el Banco de Portugal.
Sin auditoría
Más llamativa es la afirmación del propio Banco Central Europeo de que no realizan ningún tipo de auditoría de los lingotes. Según e BCE, los lingotes están identificados de forma individual y cada año la entidad recibe un informe detallado de estos depósitos de oro. “Los bancos centrales donde el oro se encuentra depositado son totalmente dignos de confianza”, aseguran desde el BCE a Bullion Star.
Según Ronan Manly, la ausencia de auditorías de los lingotes de oro “es chocante, aunque no sorprendente. Chocante, porque esta ausencia de auditoría física va contra las normas más básicas de contabilidad y no demuestra de forma independiente que el oro está donde dicen que está. Pero no es sorprendente, porque el mundo de los bancos centrales y el oro suele ignorar de forma arrogante todas las convenciones de contabilidad comúnmente aceptadas”.