El Consejo Mundial del Oro ha vuelto a posicionarse de forma inequívoca en contra de la posibilidad de que las criptomonedas se conviertan en una alternativa al oro como valor refugio o protección patrimonial.
En su último Investment Update, titulado “Las criptomonedas no pueden sustituir al oro”, publicado el 25 de enero, el Consejo Mundial del Oro señala que “en nuestra opinión, el oro es muy diferente de las criptomonedas, ya que es menos volátil, tiene un mercado más líquido, cotiza en un marco regulatorio establecido, desempeña un importante papel en las carteras de inversión y difiere de las criptomonedas en que tiene múltiples fuentes de suministro y demanda”.
Escasa volatilidad
Respecto a su volatilidad, el Consejo recuerda que, desde el colapso de Bretton Woods en los años 70 del siglo XX, el oro se ha apreciado una media del 10% anual, con una volatilidad relativamente baja en las últimas cuatro décadas.
Por su parte, el bitcoin, la criptomoneda más popular, ha experimentado un rápido crecimiento durante los últimos años, con un incremento de 13 veces solo en 2017. Sin embargo, su volatilidad también es mayor: 10 veces la del precio del oro en dólares.
Esta volatilidad ha provocado, por ejemplo, que el precio del bitcoin haya sufrido una caída de más de un 40% desde mediados de diciembre pasado. De media, el bitcoin se mueve un 5% diario, lo que es bueno para los inversores que buscan un alto rendimiento, pero difícilmente puede ser una característica de una moneda y, mucho menos, de un depósito de valor, por lo que el bitcoin no puede considerarse un medio de transacción.
Liquidez
Respecto a la liquidez, el informe pone de manifiesto que las criptomonedas no tienen un mercado de dos vías, por lo que carecen de la liquidez que tiene el resto de mercados. Además, su venta comporta unos altos costes de transacción, tanto en términos monetarios como en el tiempo que se tarda en realizar la operación.
El volumen del mercado de criptomonedas, cuyo valor estimado está por encima de los 800.000 millones de dólares, es muy reducido en comparación con el mercado del oro y el de otras divisas. El volumen de negociación diario de bitcoin es de unos 2.000 millones de dólares, más o menos el mismo que el de negociación de ETF de oro, pero apenas un 1% de la cantidad negociada al día en el mercado del oro, que es de unos 250.000 millones de dólares.
Demanda
El oro cuenta con una demanda de procedencia muy diversa. Una parte importante procede del sector de la joyería, que ha representado entre el 50 y el 60% de la demanda anual durante los últimos 20 años. En 2016 y 2017, el 54% de la demanda global de oro correspondió al sector de la joyería, seguido la inversión (30%), la tecnología (10%) y los bancos centrales (6%).
Además, el oro es un bien tangible, con aplicaciones técnicas. “De hecho -apunta el informe- se usa incluso en los chips de los ordenadores que se dedican a minar los bitcoin”.
En cambio, el bitcoin y el resto de criptomonedas se crearon para usarse como medios de pago electrónico y, aunque sus características potenciales pueden resultar muy útiles, las oportunidades de gastar bitcoin son muy limitadas y sus transacciones se convierten inmediatamente en divisas fiat debido a su gran volatilidad.
Suministro
En cuanto al suministro, la generación de bitcoin tiene un ritmo anual aproximado del 4% y está programada para descender progresivamente hasta cero hacia el año 2140.
En cambio, la producción anual de oro tiene un ritmo medio de unas 3.200 toneladas, con un crecimiento anual de alrededor del 1,7%. Su ventaja respecto al bitcoin es que el oro se aprovecha de un activo mercado del reciclaje que reacciona al nivel de los precios.
Desde 1995, alrededor de un tercio del suministro anual de oro procede del reciclaje, en su mayoría de joyas. Esto ayuda a mantener el equilibrio del mercado y contribuye a reducir la volatilidad del precio.
Otra característica que comparten oro y criptomonedas es su independencia con respecto al control de los estados. Sin embargo, como apunta el informe, el oro es único y, en el caso del bitcoin, siempre existe la posibilidad de que aparezca una nueva aplicación del blockchain que permita incrementar el suministro, inundando el mercado.
Regulación
Otra diferencia entre ambos, según el Consejo Mundial del Oro, estriba en que el oro se encuentra controlado y regulado en numerosos mercados, mientras que las criptomonedas han sido toleradas por los países, aunque no expresamente aprobadas. Tan solo Japón las ha aprobado, mientras que en China se ha restringido su uso.
En Corea del Sur, uno de los mayores mercados de criptomonedas ha anunciado la aprobación de nuevas medidas regulatorias. Y en el Reino Unido, los inversores cada vez tienen mayores dificultades.
Activo estratégico
En opinión del Consejo Mundial del Oro, el bitcoin y las criptomonedas no son un sustituto del oro, que es una herramienta efectiva de validez demostrada en las carteras de inversión.
Sus retornos son comparables a los de los mercados de capitales, se comporta muy bien en periodos de inflación, cuenta con un mercado muy líquido y actúa como diversificador de carteras.
En cambio, las criptomonedas aún tienen que pasar la prueba de múltiples mercados. Su mercado es muy joven y de escasa liquidez, y aunque la evolución de su precio puede resultar atractiva a muchos inversores, su carácter es más especulativo.