La situación de la industria minera sudafricana, tanto de oro como de metales del grupo del platino, se ha deteriorado con rapidez en los últimos años. El país del que se ha extraído la mayor cantidad del oro que hay sobre la Tierra ya no se encuentra entre los diez mayores productores y ni siquiera es el mayor de África. La industria de platino también está perdiendo el paso frente a Rusia y Zimbabue.
El último en dar la voz de alarma ha sido el CEO de Sibanye Gold, Neal Froneman, quien, en una entrevista previa a su asistencia a la conferencia Mining Indaba 2020 en Ciudad de El Cabo, ha advertido que el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa se está quedando sin tiempo para poner en marcha las reformas necesarias que atraigan inversores al sector minero del país.
Froneman señaló que su compañía, una de las mayores mineras de platino de Sudáfrica, prefiere buscar nuevas oportunidades en África Occidental, América y Australia, ya que el riesgo de hacer negocios en su país se va a incrementar con la desaceleración económica y el aumento de la deuda.
En palabras de Froneman, “no se ha registrado una mejora de la situación; más bien hemos retrocedido. No se han tomado las decisiones difíciles que había que tomar y nos estamos hundiendo en la deuda”.
Cyril Ramaphosa accedió a la presidencia de Sudáfrica hace dos años. En su programa figuraba la determinación de luchar contra la corrupción y revitalizar la economía más industrializada de África, que estaba languideciendo tras una década de mala administración por parte del anterior presidente, Jacob Zuma.
De momento, el Gobierno ha comenzado a reconstruir las instituciones dañadas durante la pasada década. Según un portavoz del presidente, nuevas iniciativas como la de suavizar las normas de inmigración, poner en marcha un nuevo espectro de banda ancha y concluir las regulaciones mineras tardarán tiempo en propiciar el aumento de la inversión.
Según explica el CEO de Sibanye, aunque los productores de platino se han beneficiado de la subida del precio del metal, los inversores son cada vez más reticentes a participar en la industria minera, debido a la incertidumbre regulatoria y a los cortes de suministro eléctrico que están sufriendo las compañías, y que han afectado a su producción.
De hecho, la propia Sibanye, que es la empresa privada con más empleados de Sudáfrica y la primera productora mundial de platino, está considerando invertir en oro y en metales para fabricar baterías, pero fuera del país: “no vemos oportunidades de crecimiento aquí, así que las tendremos que buscar fuera de Sudáfrica”, señaló Froneman.
Las empresas están preocupadas por lo que consideran una especie de “parálisis” en el Gobierno y por las disputas internas existentes en el Congreso Nacional Africano, el partido gobernante, por más que el ministro de Finanzas, Tito Mboweni, asegure que se están sentando las bases para disparar el crecimiento.
Según el CEO de la minera sudafricana, “comprendo que existen distintas facciones en el Congreso Nacional Africano, pero es hora de que el Gobierno actúe en nombre de los intereses nacionales y no de los intereses de un partido. Ya saben lo que tienen que hacer”.