Basta con sentarse un rato frente al televisor (con el mando en la mano, porque la telebasura amenaza) para verse bombardeado por anuncios en los que nos sugieren que tenemos ya una edad en la que hay que ir pensando en un plan de pensiones privado.
Esgrimen los anunciantes, las aseguradoras, un argumento que no explicitan aunque dan por sobreentendido: que de la tan nombrada ‘hucha’ de las pensiones no van a quedar ni los cascotes cuando un servidor, o usted, querido lector, nos jubilemos.
Y no es para menos: la creciente diferencia entre trabajadores cotizantes y jubilados pensionistas hace temer que, más pronto que tarde, las pensiones tengan que irse reduciendo para acomodar el gasto a las posibilidades reales de un Estado que hace tiempo que dejó de ser el del bienestar. Desde Inverco advierten que la ‘hucha’ se vaciará en 2017 y que nuestra pensión va a ser un 40% menor que la de nuestros padres, porque en unos años se va a duplicar el número de jubilados.
¿Solución? Pues aparte de un nuevo Pacto de Toledo y un previsible aumento de la carga fiscal, la necesidad de que recurramos a planes de pensiones privados. El problema es que las familias cada vez tienen más dificultades para ahorrar. Así que imagínense plantearles lo del plan de pensiones. Pero visto el panorama, habrá que planteárselo: renunciar a vacaciones, a pequeños lujos o lo que sea para ir haciendo nuestra pequeña hucha. Y ya puestos, ya que hacemos el esfuerzo para ahorrar, hagamos que ese ahorro brille… como el oro. Las previsiones de los analistas hablan de una subida de los precios del oro para 2020, que puede duplicar o triplicar las cotizaciones actuales. Pues metamos monedas de oro en nuestro cerdito, y así nuestro ahorro brillará más y tendremos, más que nunca, una jubilación dorada.