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El Complejo Ígneo de Bushveld, la cuna de los metales del grupo del platino en Sudáfrica

Mina de metales del grupo del platino de Mogolokwena, en el Bushveld (Sudáfrica)

El llamado Complejo Ígneo de Bushveld (BIC), situado en Sudáfrica, es la mayor reserva mundial de metales del grupo del platino. En él se encuentran tres yacimientos de los que se extrae alrededor del 75% de la producción mundial anual de platino.

Según explican desde el Consejo Mundial de Inversiones en Platino (WPIC), el Complejo Ígneo de Bushveld (BIC) tiene una antigüedad de unos 2.000 millones de años y contiene la mayor cantidad de metales del grupo del platino que se alojan en la corteza terrestre.

Un reciente estudio de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica) ha permitido desentrañar algunos de los misterios relativos a la formación de estos depósitos de platino, mediante el análisis de los yacimientos de mineral de Merensky, situados en el propio complejo de Bushveld.

Según las conclusiones de este estudio, la estructura de los depósitos de platino de Merensky, similares a un arrecife de coral, se originó por medio de los cristales que crecieron en ese mismo lugar. Las anteriores teorías apuntaban a que esos cristales procedían de las capas más superficiales y se habían depositado a esa profundidad debido a la fuerza de la gravedad.

El hecho es que el platino, un metal 30 veces más raro que el oro, se encuentra en concentraciones muy bajas en la corteza terrestre. Cada año se extraen de ella alrededor de 6 millones de onzas (190 Tm) de platino. Una cifra insignificante si se compara con los 108 millones de onzas (3.300 Tm) de oro.

El 72% de esa producción anual de platino procede de Sudáfrica, mientras que Rusia produce el 11%, Zimbabue el 8% y Norteamérica el 6%. El 3% restante se produce en pequeñas cantidades repartidas entre China, Colombia y Finlandia.

Además de su rareza, el platino se caracteriza por ser de difícil acceso. Mientras que el 70% de los minerales que se extraen anualmente en el mundo se encuentran casi en la superficie, la especial geología y localización de las reservas mundiales de platino hace que las minas construidas para extraerlo sean subterráneas.

En el caso de Bushveld, la extracción de platino requiere unos complejos procesos físicos y químicos que requieren el empleo de muchas horas de trabajo y recursos económicos: extracción, concentración, fundición y refinado.

El problema es que el mineral que se extrae en estas minas sudafricanas tiene una muy baja concentración de platino: apenas entre 2 y 6 gramos por tonelada. Por ello, se necesitan hasta seis meses y entre 10 y 40 toneladas de mineral para producir una sola onza troy (31,10 gramos) de platino.

Según explican desde el Consejo Mundial de Inversiones en Platino, los yacimientos no solo albergan este metal, sino también el resto de metales del grupo del platino (paladio, rodio, rutenio, iridio y osmio), además de otros metales básicos como níquel y cobre, además de oro y plata. A todos ellos se los conoce con el nombre genérico de “cesta de metales”.

La producción de platino de Sudáfrica se ha reducido en un 8% desde el año 2011. De hecho, las cifras más recientes publicadas por la Oficina Estadística del Gobierno de Sudáfrica revelan que entre agosto de 2018 y el mismo mes de 2019, la producción de metales del grupo del platino ha caído un 12,5%.

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