El sector de la joyería es el principal demandante de oro en la India. Buena parte del metal precioso que se vende en este país es en forma de joyas, especialmente en las temporadas festivas, en las que es tradicional regalar piezas de oro. Sin embargo, una medida recientemente introducida por el Gobierno indio, que obliga a los joyeros a contrastar las piezas para certificar su contenido en oro, amenaza seriamente a las ventas en la principal temporada del año y ha despertado las protestas de los comerciantes.
Como advierten desde Bloomberg, los joyeros indios van a tener dificultades para satisfacer la amplia demanda que se genere durante la temporada de festivales que comienza en el mes de septiembre y que es cuando se producen las mayores ventas anuales de oro.
El motivo es que, el pasado mes de junio, entró en vigor una nueva disposición del Gobierno que establece que los vendedores de joyas de oro deberán llevarlas a contrastar a una serie de centros especializados y obtener un certificado con el que garantizar a los clientes la pureza del oro que compran.
Los comerciantes que no puedan cumplir estas normas serán sancionados a partir del mes de septiembre, que coincide con la principal temporada de ventas de oro en la India.
A primera vista, esta obligación de contrastar las piezas y certificar su pureza es una garantía para los clientes que las adquieren. Sin embargo, lo que en principio es una medida positiva se ha visto empañada por los problemas derivados de su puesta en práctica.
El principal problema es que no existen suficientes centros de certificación en el país y las prisas de los comerciantes por cumplir con la nueva normativa antes de que dé comienzo la temporada festiva ha provocado un cuello de botella que dilata hasta los tres días un proceso que apenas debería llevar dos horas.
Según Ashish Pethe, presidente del All India Gem and Jewellery Domestic Council, “la mayoría de los centros nos piden que volvamos otro día con nuestras joyas, porque tienen demasiadas piezas que certificar. Si la situación no mejora en los próximos 15 días, durante las festividades de Dussehra y Diwali se reducirá el suministro de joyas de oro”.
Este cuello de botella en el proceso obligatorio de contraste y certificación de las piezas podría comprometer la recuperación de la demanda de oro en la India tras la fuerte caída a mínimos de 20 años sufrida el año pasado a causa de la pandemia y del encarecimiento del metal.
El sector del oro también esperaba beneficiarse del buen momento de la bolsa india, ya que los inversores que han obtenido ganancias en este mercado suelen invertirlas en oro durante la temporada festiva.
La ralentización del proceso de certificación no va a hacer subir el precio, pero sí las primas que cobran los comerciantes, ante la posibilidad de que se produzca una falta de suministro.
Aunque comerciantes y profesionales del sector coinciden en que el contraste obligatorio de las joyas de oro es una medida positiva a largo plazo, su aplicación puede causar quebraderos de cabeza a corto plazo.
De momento, las piezas de oro sin contrastar se están acumulando, ya que los centros autorizados no son capaces de procesar las cerca de 800 toneladas anuales que se mueven en el mercado indio anualmente.
Desde la industria joyera han pedido al Gobierno que congele la nueva norma, que afecta a un total de 256 distritos, hasta después de la temporada festiva, porque temen que se produzca una situación de caos ante la falta de suministro.
Representantes de la All India Gen and Jewellert Domestic Council y la Asociación de Comerciantes del Estado de Kerala han solicitado el Gobierno de Modi que posponga durante dos años la aplicación de la nueva norma.
Mientras tanto, los centros de contraste y certificación, que solían procesar entre 1.000 y 3.000 piezas diarias anteriormente, ni siquiera son capaces de contrastar ahora 200 piezas diarias. Ello ha provocado una caída de las ventas y de la entrega de productos.
Desde la industria del oro se quejan de que el Gobierno no ha escuchado su opinión durante el proceso de implementación de la norma, lo que ha perjudicado especialmente a los comerciantes más pequeños.