La República Checa cuenta con unas reservas de oro en su subsuelo valoradas en más de 20.000 millones de euros. Sin embargo, el Gobierno del país no tiene previsto de momento su explotación, a diferencia de sus yacimientos de litio, debido tanto a factores económicos como a los posibles daños que podría causar al medio ambiente.
En un artículo publicado recientemente por el medio alemán Deutsche Welle se hace una radiografía de la situación de las reservas de oro que se encuentran en el subsuelo de la República Checa.
La zona aurífera del país centro europeo se encuentra en la región de Bohemia Central, en el valle del río Sazava, en torno a la ciudad de Jílové u Prahy (en la imagen), en una zona turística muy popular situada a unos 35 kilómetros al sur de Praga.
Esta pintoresca ciudad fue la tercera más importante del Reino de Bohemia en el siglo XIV, cuando contaba con unos 10.000 habitantes, el doble que ahora, y cerca de ella se extraía el oro que sirvió para financiar la construcción de algunos de los edificios más suntuosos de la capital checa.
Por ello, el oro desempeña un importante papel en la memoria colectiva de la ciudad, en cuyo Museo Regional se permite a los visitantes batear oro en un estanque con arena de la región y quedarse con las pepitas que encuentren.
Según el geólogo Jan Vana, en el subsuelo de la ciudad podrían hallarse hasta siete toneladas de oro. Sin embargo, la extracción del mismo se detuvo en el año 1968. Hasta aquel momento, se había llegado a extraer hasta cuatro gramos de oro por tonelada de roca, una gran concentración de metal precioso que haría económicamente rentable su extracción incluso a pesar de la caída que sufrió el precio del oro en 2013.
El principal problema que impide la extracción del metal son los posibles daños que se pueden ocasionar a un entorno turístico como el de Jílové con el uso de elementos tóxicos como el cianuro, sin los cuales la extracción no sería económicamente rentable.
Según Deutsche Welle, parte de los ciudadanos de la localidad verían con buenos ojos que se reanudara la extracción de oro en la zona, lo que les ofrecería la posibilidad de consumir ‘oro local’ en vez de importarlo de países como Sudáfrica.
Y es que la tradición minera de la zona no ha desaparecido, a pesar de que han pasado muchos años desde que se cerró el último pozo. Como recuerda Sarka Jurinova, directora del Museo Regional, “en 2018, cuando se cumplieron 50 años desde el final de la actividad minera, los últimos mineros que trabajaron aquí vinieron a celebrar una reunión”.
En su tiempo, estos mineros llegaron a extraer pepitas de oro de varios kilos de peso y tan grandes como una del tamaño de un balón de balonmano, que se exhibe en las vitrinas del museo.
Éste ofrece también a los visitantes la posibilidad de recorrer alguna de las antiguos minas. Como explica Jurinova, aún es frecuente ver a personas bateando las arenas del río Sazava en busca de pepitas de oro.
Las reservas de oro de Chequia
La República Checa cuenta con importantes reservas de oro en diversas zonas de su subsuelo. Las estimaciones más conservadoras apuntan a una cifra de alrededor de 400 toneladas de oro que, al precio actual, estaría valorado en casi 24 millones de euros.
Lo cierto es que desde 1990 se han registrado varias iniciativas para recuperar la actividad minera de oro, pero todas han fracasado debido a la falta de interés del estado, junto a la reticencia de las comunidades locales.
En 2020, por ejemplo, la compañía minera estatal Diamo inició un sondeo en las minas cerradas situadas en la región de Zlate Hory, en el norte del país. Esta operación, que durará tres años, servirá para determinar las condiciones en que podría explotarse ese yacimiento de oro.
El propio presidente checo, Milos Zeman, se ha mostrado partidario de iniciar la explotación comercial de las minas de oro en el país.
En principio, el oro que se extrajera en territorio de la República Checa sería enviado al extranjero para ser refinado, lo que evitaría el problema de utilizar elementos tóxicos como el cianuro para separar el oro de otros minerales.
Sin embargo, algunos expertos creen que es imposible que la actividad sea económicamente rentable si no se realiza la separación del oro y los otros minerales en el territorio checo.
Desde el Ministerio de Medio Ambiente han vetado cualquier posibilidad de reanudar la minería de oro si se utilizan compuestos tóxicos en la fase de procesado.
Para el economista Lukas Kovanda, las dudas sobre la rentabilidad económica de la minería es lo que ha evitado que se vuelva a plantear la posibilidad de reanudar la minería de oro en Chequia: “la extracción de oro no es económicamente rentable todavía, así que nadie tiene prisa para reanudarla. Si las circunstancias fueran diferentes, ya se habría vuelto a extraer oro en la República Checa hace tiempo”.