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El dilema de la industria minera del oro: aumentar la producción o pagar dividendos

Ejecutivo dudando

La subida del precio del oro ha provocado un curioso efecto entre las compañías mineras, que han estado incrementando la retribución a los accionistas, pese a la caída en las cifras de producción global. Esta situación plantea una incógnita respecto al futuro de una industria basada en la extracción de un recurso limitado que se va agotando.

Según explican desde Bloomberg, el oro es una materia prima que funciona como refugio, en cuyo precio influye más la economía global que los datos de suministro o demanda. Por ello, cualquier circunstancia inesperada, desde una cura para el coronavirus a un acuerdo comercial, podría provocar una caída en el precio del oro.

“Los altos precios provocan que aumente la cantidad de oro reciclado en el mercado, mientras que los bajos se incrementa el acaparamiento y, si la producción minera permanece estática, también se estancarán los beneficios, apuntan desde la agencia de noticias económicas.

Según Josh Wolfson, analista de RBC Capital Markets, Todo esto provoca que los inversores se muestren divididos entre su deseo de obtener mayores dividendos a corto plazo y la necesidad de asegurar la estabilidad de la compañía a largo plazo. Por tanto, saber combinar ambas variables y destinar la cantidad de capital adecuada a cada una va a resultar clave para el futuro de la industria.

“Las compañías mineras, en general, están expuestas a una serie de factores externos que se encuentran fuera de su control. Ésa es una buena razón para no destinar demasiado capital al pago de dividendos, ya que es mejor contar con una reserva de efectivo en el balance para ser flexibles, desde el punto de vista financiero, cuando los precios vuelvan a bajar”, señala Simon Jeger, gestor de carteras en Flossbach von Storch.

En estos momentos, el precio del oro se encuentra en sus niveles máximos de los últimos siete años, impulsado por la preocupación de que el brote de coronavirus en Asia pueda perjudicar al crecimiento económico global.

Ya se están registrando los primeros indicios de que el virus está afectando a la mayor economía mundial: la actividad de negocios en los Estados Unidos se contrajo en el mes de febrero por primera vez desde el año 2013.

Por su parte, el precio del oro creció un 2% el pasado viernes, 21, mientras que el índice S&P 500 de la Bolsa de Nueva York registraba su primera caída semanal desde el mes de enero.

La industria minera del oro ha sido criticada durante años por destinar poco capital a la producción, demasiado en adquisiciones y por acumular un exceso de deuda. Después de varios años de ajustes, las compañías mineras y sus inversores se encuentran mejor posicionados que antes para beneficiarse de la subida del precio del metal.

Ello ha permitido a las principales compañías, entre las que se encuentran Barrick Gold y Newmont Goldcorp, a disparar su flujo de efectivo libre y remunerar a sus accionistas.

Caída de la producción

Hace unas semanas, el CEO de Barrick Gold, Mark Bristow, alertaba a la industria de que, aunque la totalidad de los actuales proyectos salgan adelante, el suministro de oro caerá alrededor e un 30% en el año 2029.

Aunque esta reducción del suministro debería resultar positiva para los precios del oro, los márgenes y beneficios se verían afectados si las compañías mineras tienen que extraer mineral con menor concentración o de yacimientos menos accesibles.

La disyuntiva entre impulsar los beneficios o incrementar la producción se ha presentado con mayor claridad este año.

Como explican desde Bloomberg, compañías como Agnico Eagle Mines son la prueba de esta situación: a pesar de haber incrementado su dividendo en un 14% y de que se vaya a incrementar su producción hasta 2022, sus acciones se han visto penalizadas tras conocerse el recorte de sus estimaciones de producción para 2020.

Por su parte, Newmont Goldcorp está tratando de posicionarse en ambos escenarios: en enero pasado, la compañía comunicó su intención de aumentar su dividendo un 79%, hasta un dólar anual por acción, que se hará efectivo en el mes de abril, mientras se mantiene su producción durante los próximos cinco años.

Barrick Gold ha anunciado también a primeros de mes un aumento del 40% en su dividendo, hasta 7 centavos por acción. La compañía canadiense espera atraer a inversores generalistas, mientras trata de vender activos y hacer frente a su deuda. Pero también ha anunciado que va a reducir sus estimaciones de producción a cinco años y reevaluar la composición de su cartera.

Según Wolfson, “siempre es preferible que una compañía invierta capital en su negocio, obteniendo un alto retorno, a que pague un dividendo. Pero las compañías que han demostrado disciplina en el reparto de su capital, además de retribuir a sus accionistas con el flujo de caja, serán capaces de combinar lo mejor de ambos mundos”.

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