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El disco de oro de la sonda Voyager cumple 40 años de viaje espacial

El Disco de oro de las Voyager, que acompañó a las dos sondas espaciales del mismo nombre, lanzadas por Estados Unidos el 20 de agosto de 1977 (Voyager 2) y el 5 de septiembre del mismo año (Voyager 1), lleva 40 años recorriendo el espacio como si de una cápsula del tiempo se tratase, en busca de vida inteligente que sea además hábil, e intuya cómo poder escucharlo.

Se trata de dos discos de fonógrafo idénticos, con interior de cobre y cubiertos de oro, que viajan en estos momentos en el espacio adheridos a ambas sondas, cuyas misiones eran en un primer término estudiar Júpiter y Saturno, para después continuar hasta donde lleguen, ya que todavía siguen activas, a más de 10.672.088,386 millas de la Tierra. En realidad el conocido como Disco de oro de las Voyager se llama «The Sounds of Earth» (Sonidos de la Tierra), y contiene información relevante sobre los seres humanos y el planeta que habitamos.

La mejor selección de música de la Tierra de la época (así que los extraterrestres no conocerán el reggaeton) se compiló en este disco junto con sonidos terrestres, tanto naturales como tecnológicos, así como un saludo en inglés de la Secretaría General de la ONU, además de saludos en 55 idiomas diferentes. También contiene una grabación de una hora de duración con las ondas cerebrales de Ann Druyan antes de casarse con el astrónomo, astrofísico y escritor Carl Sagan.

«Fui a un laboratorio del hospital Bellevue, de Nueva York, y me conectaron a un ordenador que convertía en sonidos todos los datos de mi cerebro y de mi corazón. Durante una hora había repasado la información que deseaba transmitir. Empecé pensando en la historia de la Tierra y de la vida que alberga. Del mejor modo que pude intenté reflexionar sobre la historia de las ideas y de la organización social humana. Pensé en la situación en que se encontraba nuestra civilización y en la violencia y la pobreza que convierten este planeta en un infierno para tantos de sus habitantes. Hacia el final me permití una manifestación personal sobre lo que significaba enamorarse», afirmó Ann Druyan. 

Junto con el audio, el Disco de oro contiene una colección de 116 fotografías (una de las cuales es para calibración) que muestran las diferentes formas de vida en la Tierra y la sociedad humana. 

El famoso Carl Sagan, impulsor del envío de mensajes a bordo de sondas espaciales en busca de inteligencia extraterrestre, afirmó que «la nave espacial, y el registro, solo serán encontradas si existen otras civilizaciones capaces de viajar en el espacio interestelar. Pero el lanzamiento de esta botella dentro del océano cósmico dice algo muy esperanzador sobre la vida en este planeta». Así, el registro es más visto como una cápsula del tiempo o como algo simbólico en lugar de un serio intento de comunicarse con la vida extraterrestre.

Pese a que en la década de los 70 la tecnología popular eran las cintas de 8 pistas, la NASA apostó por el oro por su durabilidad, no se desgradaría por la radiación espacial y los campos magnéticos. La idea fue del radioastrónomo Frank Drake, quien sugirió un disco fonográfico por su resistencia y su sencillo funcionamiento, que podría ser rápidamente captado por los extraterrestres.

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