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Hiendelaencina, el país de la plata de la España Contemporánea

La Ley de Minas de 1825, en gran parte tributaria de los conocimientos adquiridos por el insigne científico y gestor Fausto de Elhuyar como director general del Cuerpo y Tribunal de Minas de Nueva España,  supuso el punto de partida de la expansión de la minería en España, una vez que la quiebra de la Monarquía había conllevado el final del continuo flujo de metales preciosos que durante tres siglos había llegado de Ultramar. El descubrimiento en 1844 de plata y la creación del distrito minero de Hiendelaencina dotó al Gobierno de la plata necesaria para llevar a cabo sus emisiones monetarias. Tras el ocaso definitivo de las minas a partir de 1918, su rico patrimonio minero es actualmente objeto de estudio  y un recomendable destino turístico y cultural.

Este distrito se encuentra en el centro de la Serranía de Atienza, al norte de la provincia de Guadalajara. Tras el descubrimiento un criadero argentífero de gran riqueza en Hiendelaencina, toda la comarca se vio sacudida a mediados del siglo XIX por una auténtica fiebre minera. El distrito minero llegó a convertirse en la mayor explotación argentífera de toda Europa, siendo la primera de las minas puesta en labor Santa Cecilia, tras el descubrimiento en 1844 del filón argentífero por Pedro Esteban Górriz en el paraje de Cantoblanco. Para su beneficio se crearon sociedades mineras, como la Riqueza, la Suerte, La Cubana, La Perla o la Verdad de los Artistas, entre otras. En la vecina localidad de Villares de Jadraque se erigió una fábrica por la sociedad La Oportuna Benefactora de Metales Argentíferos, y se abrieron otras más en los alrededores para el beneficio del mineral, como La Constante y La Vizcaína.

Pedro Esteban Górriz

Las labores llevaron igualmente a un incremento demográfico de la población exponencial, dado que en pocos años la población, 133 habitantes en 1845 según el Diccionario de Pascual Madoz, se multiplicó por más de cuarenta, llegando a rebasar los 10.000 habitantes, con una inmigración en la que destacó la presencia de gran número de mineros asturianos. En 1845 se fundó en Londres la Sociedad Minera Bella Raquel, que estableció una fábrica y un poblado al norte del municipio de Hiendelaencina, conocido con La Constante. Del asentamiento, un poblado modélico donde vivían los mineros y sus familias y casino, teatro y hospital, solo quedan sus ruinas. Esta sociedad explotó sus minas entre 1845 y 1879, entregando a la Casa de Moneda de Madrid más de 300.000 kilogramos de plata limpia.

Hasta 1870 se obtuvieron de los minerales del conocido como Filón Rico casi diez millones y medio de onzas de plata, unas trescientas toneladas, que a 24 reales de valor supusieron un total de más de 250 millones de reales, siendo el total de la producción sumando la de otros filones de casi 258 millones de reales,  y en los mejores años, entre 1849 y 1851, las acciones de Santa Cecilia, de 5.000 pesetas de valor nominal, dieron beneficios anuales de entre 6.000 y 8.000 pesetas. Simultáneamente, esta fiebre minera llevó también a la explotación de los filones de Somosierra de Bustarviejo y Gargantilla, que en su mejor año solamente rindieron la cantidad de 350 kilos de plata.

Miargirita de Hiendelaencina

Dado que la plata se presentaba en filones muy irregulares, se sucedieron épocas de intensas explotaciones con parones al acabarse los mismos. En su cercanía se encontraron yacimientos de oro en La Nava de Jadraque, que, a pesar del enorme interés que despertaron, solamente duraron unos cuantos años. Llegaron a abrirse más de 200 pozos de la que se decía era la plata de mayor calidad del mundo. Al noroeste del distrito se beneficiaron las minas de La Bodera, una mena de galena argentífera, con dos periodos de prosperidad, entre los años 1840 a 1855 y de 1884 a 1916.

Los métodos fueron en un principio muy rudimentarios, haciéndose la extracción de los pozos mediante tornos manuales y malacates, y hacia 1859 se comenzaron a emplear máquinas de vapor. Las condiciones de trabajo eran durísimas, con jornadas de doce horas en galerías que llegaron a alcanzar los 400 metros de profundidad. En el año 1864 hubo un accidente en la mina La Perla en la que murieron una docena de trabajadores. Parte de la masa laboral eran mujeres y niños de los pueblos aledaños, en trabajos de superficie, y los jornales en 1870 eran de 2 pesetas para los hombres, 93 céntimos para los niños y 83 céntimos para las mueres.

Tras el parón de 1870-1871, el banquero francés Eugenio Bontoux, que se hallaba refugiado en España por la quiebra del gran banco católico L’Union Générale, se estableció en Hiendelaencina en 1882 y, comprando diversas explotaciones a bajo precio, formó el grupo Nueva Santa Cecilia. Tras infructuosos años de trabajo, el 29 de septiembre de 1889 apareció una nueva veta que produjo al banquero más de 20 millones de pesetas en siete años. Entre este año y 1897 se consiguieron grandes cantidades de plata, con un máximo de 19.000 kilos en 1893. Entre esta fecha y 1903 la productividad decayó, con una producción de unos 400 kilos anuales de plata.

Plano de las minas de Hiendelaencina

Una nueva época floreciente se produjo entre los años 1903 y 1915, al encontrarse un nuevo filó con espléndida metalización en la mina Santa Teresa. Se llevaron a cabo obras para el suministro de energía y una nueva central en el río Bornova, y se utilizaron perforadoras de aire comprimido. Entre los años 1903 y 1908 se extrajeron 30.300 kilos de plata, y entre 1910 y 1912 se consiguieron 32.700 kilos. A partir de este momento se bajó bruscamente en 1913 hasta unos 2.000, cantidad que fue bajando hasta el cierre definitivo de La Constante en 1926.

Museo Centro de Interpretación de las Minas de plata (Hiendelaencina)

La actividad minera desarrollada en el municipio de Hiendelaencina ha dejado numerosos vestigios en forma de edificios minero-industriales, pozos y escombreras. En el municipio se puede visitar, y a ello invitamos, el Centro de Interpretación de las Minas de plata, donde se explica con detalle el trabajo en las minas y su evolución a lo largo de las diferentes épocas. Un magnífico plan para visitar, muy cerca de Madrid, el patrimonio minero de las que sin duda han sido las minas argentíferas más importantes de la España peninsular en toda su historia, pero también del entorno de la maravillosa Serranía de Atienza.

Contacto del Centro de Interpretación

Apertura al público.- sábados y domingos de 12h a 14h.

Teléfono: 616 679 164

elpaisdelaplata@gmail.com

Para saber más:

 CHAMORRO VILLANUEVA, H., y GARCÍA PIVIDAL, L., “Pleitos mineros en el archivo del abogado Manuel Cortina y Aranzana”, De Re Metallica, 34, 2020, pp. 25-40.

LÓPEZ GÓMEZ, A., “El distrito minero de Hiendelaencina (Guadalajara)”, Cuadernos de Geografía, nº6, 1969, pp. 211-250.

MENOR SALVÁN, C., JORDÁ BORDEHORE, L., y GUTIÉRREZ GÓMEZ, A., “Las minas de plata de La Bodera (Guadalajara): Historia y Patrimonio”, De Re Metallica, 5, 2005, pp. 37-44.

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