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El doble valor del platino como metal precioso e industrial atrae a los japoneses

Autobús de pila de combustible de hidrógeno que se usará en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

A pesar de ser un metal precioso, el platino es especialmente valorado por su aportación a la industria. Sin embargo, países como Japón valoran la doble condición de este metal como materia prima de la industria y la joyería, y como activo de inversión. Un doble papel que se va a poner especialmente de manifiesto durante los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Como señalan desde el Consejo Mundial de Inversión en Platino (WPIC, por sus siglas en inglés), Japón es un importante mercado de inversión en metales preciosos. Su especial vinculación con metales como el platino, tanto en su vertiente de inversión como de materia prima industrial, va a cobrar relieve durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio, en 2020.

Por lo que se refiere a la parte industrial, Japón tiene como objetivo celebrar los Juegos Olímpicos más ‘verdes’ de la historia. Y en ello, el platino desempeña un papel fundamental, ya que constituye un elemento esencial para la fabricación de la flota de vehículos de pila de combustible de hidrógeno, que serán los encargados de transportar a los atletas y espectadores.

En las pilas de combustible de hidrógeno, fabricadas con platino, el hidrógeno y el oxígeno se combinan para generar electricidad, desprendiendo como subproductos tan solo calor y agua. Las moléculas de hidrógeno y de oxígeno reaccionan y se combinan por medio de una membrana de intercambio de protones, que está revestida de un catalizador de platino.

Precisamente, el platino resulta muy adecuado como catalizador en las pilas de combustible, ya que propicia que las reacciones del hidrógeno y el oxígeno tengan lugar en una proporción óptima, mientras que resulta lo suficientemente estable como para soportar el complejo entorno químico que se produce en el interior de la pila de combustible y la alta densidad de la corriente eléctrica, permitiendo una actuación muy eficiente a largo plazo.

Según explican desde el WPIC, el hecho de que Japón haya escogido mostrar al mundo esta tecnología emergente durante los Juegos Olímpicos (en la imagen, uno de los prototipos de transportes colectivos movidos por pila de combustible), demuestra la confianza que tiene en que el hidrógeno se convierta en una importante fuente de energía para los automóviles durante los próximos años.

El Gobierno Metropolitano de Tokio aspira a contar con 100.000 vehículos de pasajeros y 100 autobuses movidos por hidrógeno, así como 80 estaciones de abastecimiento para el año 2025.

Inversión en platino

Al margen de la tecnología de pila de combustible de hidrógeno, Japón valora también el platino como metal precioso de inversión. Los expertos inversores japoneses saben que añadir platino a una cartera de inversión permite diversificar los riesgos, reduciendo la volatilidad, en especial en aquellas carteras con una exposición significativa a las acciones y al mercado inmobiliario.

Los ciudadanos japoneses llevan décadas invirtiendo en metales preciosos y, en concreto, en lingotes de platino de un kilo y tamaños menores, producidos por las refinerías japonesas, así como, más recientemente, en ETF respaldados por este metal.

La demanda de platino físico se vio espoleada por la introducción de los llamados Planes de Acumulación de Platino (PAP), a principios de la década de los 80 del pasado siglo. Se trata de un producto que solo existe en Japón y que permite a los inversores ingresar una cantidad de dinero mensual en una cuenta, para adquirir platino, que formará parte de sus ahorros para la jubilación.

Cada mes, se va acumulando este balance de platino físico. Los inversores son libres de vender una parte o todo su balance si así lo desean, o retirarlo en forma de lingotes, monedas o joyas.

De hecho, como señalan desde el Consejo Mundial de Inversiones en Platino, Japón cuenta con la mayor tasa per cápita del mundo en cuanto a consumo de joyería de platino. Prácticamente la mitad de las joyas que se venden anualmente en el país son de este metal, que está incrementando en los últimos tiempos su cuota de mercado a costa del oro blanco.

También está muy bien establecido en el sector de las bodas, así como en la venta de cadenas ‘kihei’, un tipo de cadenas masculinas que se adquieren con propósitos de inversión.

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