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El falso oro que usaban algunos pintores medievales deja de brillar con el paso del tiempo

Maestà de Cimabue, en la basílica de Santa María dei Servi (Bolonia, Italia)

Una reciente investigación sobre un cuadro italiano del siglo XIII ha puesto de relieve que algunos pintores utilizaban una mezcla de pigmentos y plata para simular el color dorado, ya que no podían permitirse utilizar oro. Esta mezcla se deteriora con el paso del tiempo.

Como explica Eva Amsen en un interesante artículo publicado en la revista Forbes, el uso de pintura dorada era muy popular en el arte medieval tardío italiano. El problema era que muchos pintores no podían permitirse adquirir el oro que se necesitaba para realizar esas obras.

Uno de esos pintores era Cenni di Pepo, más conocido como Cimabue, que vivió y trabajó en Florencia en el siglo XIII. Su estilo se caracterizaba por unas figuras humanas muy detalladas, que recordaban más al estilo de principios del Renacimiento que al arte medieval.

Entre las obras más destacadas que se le atribuyen (realizada por él o por algún discípulo de su taller) está la Maestà de la Basílica de Santa María dei Servi (Bolonia). Se trata de una pintura en témpera, una gran parte de la cual (la que rodea a la Virgen) es dorada.

Sin embargo, a diferencia de otras obras de esta época, realizadas por artistas más potentados, la superficie no está recubierta de pan de oro, ni pintada con una mezcla a base de polvo del metal precioso.

Como se descubrió hace ya unos años, el efecto dorado que Cimabue logró en algunas partes de esta obra se logró usando una mezcla de oropimente (trisulfuro de arsénico, de color amarillo dorado) y polvo de plata.

Vista completa de la Maestà de Cimabue

Con el paso del tiempo, la superficie dorada se oscureció, lo que animó a los investigadores a descubrir el motivo por el que se producía este efecto.

Para ello se procedió, como se publica en el Journal of Analytical Atomic Spectrometry, a analizarlo con una combinación de diferentes técnicas de rayos X y otros métodos de análisis, que permitieron estudiar la composición química de las diferentes capas de pintura superpuestas, en una sección de la obra de Cimabue.

Los expertos concluyeron que el polvo de plata utilizado por el pintor había reaccionado con el pigmento de oropimente, creando una capa oscura de sulfuro de plata que había cambiado la apariencia original de la pintura.

Los químicos que analizaron la pintura de Cimabue crearon también una serie de muestras de pintura para ver cuál de ellas presentaba la reacción más similar a la que se produjo en la pintura del artista florentino.

La conclusión fue que el oscurecimiento de la capa no se debió solamente a su exposición a la luz, sino que se acentuó debido a las condiciones de humedad del entorno en el que estaba expuesta.

Se trata de un descubrimiento importante para que los museos, iglesias u otras instituciones encargadas de conservar estas obras de arte medievales sepan cómo evitar que se deterioren. Las obras como la de Cimabue, con partes pintada en ‘falso oro’, no deben estar expuestas a demasiada luz ni humedad, para prevenir que se oscurezcan con el paso del tiempo.

El equipo de investigadores planea utilizar este mismo método de análisis para estudiar las falsas capas de oro en otras pinturas de la época.

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