Las fechas navideñas son proclives a demostraciones de solidaridad que, en ocasiones, tienen al oro como protagonista. En este caso, el hecho ha sucedido en la ciudad de Springfield (Ohio), donde un donante anónimo suele dejar cada año una valiosa moneda de oro en la “tetera roja” del Ejército de Salvación.
Según relata el diario local Springfield News-Sun, un donante anónimo ha dejado una valiosa moneda de oro en una de las emblemáticas “teteras rojas” con las que el Ejército de Salvación recauda fondos para que las personas necesitadas de la localidad puedan celebrar la Navidad.
Se trata del tercer año consecutivo que aparece una moneda de oro de estas características, valorada en más de 1.000 dólares, en la recaudación de esta organización benéfica. Según los expertos consultados por Oroinformación, todo apunta a que se trata de un American Eagle o un Buffalo de oro, acuñados por la United States Mint, y que podría alcanzar en subasta el precio de 1.300 dólares.
Como explica el director de desarrollo del Ejército de Salvación, Ryan Ray, la moneda suele aparecer envuelta, además, en un billete de 100 dólares. Los responsables de la organización humanitaria ya han bautizado a este donante anónimo como “el fantasma de la moneda de oro”. Su aportación servirá para ayudar a financiar la ayuda navideña para las más de 1.000 familias necesitadas del Condado de Clark, donde está Springfield.
El Ejército de Salvación es una organización internacional de ayuda a los necesitados, con estética y uniformes militares, que fue fundada en 1865 en el East End londinense por el pastor metodista William Booth y su esposa Catherine.
En un principio, estaba destinada a atender las necesidades de los alcohólicos, adictos a la morfina y prostitutas. Su ámbito se extendió por todo el Reino Unido y trascendió fronteras, hasta convertirse en una organización con alcance internacional.
La tradición de la llamada “tetera roja”, que en realidad es una especie de olla metálica sostenida por un trípode, al estilo de las que se utilizaban en siglos pasados para calentar el agua, data del año 1891. Su creador fue el capitán del Ejército de Salvación Joseph McFee, quien ese año trataba de obtener fondos para celebrar una cena de Navidad para los necesitados de San Francisco, más de 1.000 personas.
McFee recordó, de sus tiempos de marinero, que en el puerto de Liverpool había una olla metálica, llamada “Simpson’s Pot”, en la que los pasajeros solían echar monedas para ayudar a los marineros necesitados, y se le ocurrió poner una tetera en el desembarcadero del ferry de Oakland, junto a un cartel que decía “Keep the Pot Boiling” (“manten la tetera hirviendo”).
Enseguida se recaudó el dinero suficiente para financiar la atención a los necesitados de esas Navidades y se instauró una tradición que, a día de hoy, el Ejército de Salvación ha extendido a todo el mundo. Las ya famosas teteras rojas pueden verse hoy en día en Estados Unidos, Europa, Corea, Japón…
En el caso del Condado de Clarke, las teteras del año pasado se llenaron con más de 130.000 dólares.
Según señalan desde el propio Ejército de Salvación, existen donantes anónimos anuales como “el fantasma de la moneda de oro” en diversos puntos de los Estados Unidos, que suelen dejar en la tetera monedas de oro, joyas o fajos de billetes.
Hay que recordar, como relatamos el año pasado en Oroinformación, que en Wichita (Estados Unidos), existe otro filántropo anónimo que cada Navidad reparte varias monedas de oro entre las organizaciones benéficas que más se han distinguido por su ayuda al prójimo durante el año.