Tras un año de buenos resultados y un par de correcciones importantes, el final de la racha alcista de Wall Street parece acercarse, y con él, el fin de la subida del dólar. Dos factores que podrían suponer un empujón adicional para el precio del oro en 2019.
El año 2019 se presenta con buenas perspectivas para el precio del oro, después de que se atisbe el final de dos tendencias que lo han lastrado durante 2019, como son el buen momento de la bolsa estadounidense y la fortaleza del dólar.
Según el último informe Heraeus Precious Appraisal, publicado por la refinería Heraeus, la bolsa estadounidense experimentó la semana pasada su mayor subida desde el año 2014, después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sugiriese que se acerca el final de las subidas de los tipos de interés.
El informe señala que la bolsa estadounidense ha superado en revalorización al oro desde que éste alcanzara su precio máximo histórico, en 2011. La ratio Dow-oro (que pone en relación el principal índice de la bolsa estadounidense y el metal), superó los 22 puntos el pasado mes de septiembre, muy por encima de su media a largo plazo.
Ese nivel de 22 es superior al que se registró cuando el mercado de capitales tocó techo en 1929 y en 2007, pero menos que en los máximos de 2000 y de finales de los años 60 y principios de los 70.
La clave es saber cómo va a comportarse esta ratio a partir de ahora. Para que siga subiendo, sería necesario que la bolsa siguiera superando la revalorización del oro, lo que podría suceder si los Estados Unidos y China llegan a un acuerdo comercial que permita clarificar los aranceles y recuperarse al comercio internacional y, por tanto, proseguir el crecimiento económico.
En ese caso, según el informe de Heraeus, la bolsa subiría, contagiándose del optimismo respecto al crecimiento económico. Los tipos de interés seguirían subiendo, al igual que los rendimientos de los bonos, mientras que la inflación permanecería contenida, por lo que los tipos de interés reales (descontando dicha inflación) serían positivos. En esa eventualidad, el precio del oro seguiría presionado a la baja.
La otra posibilidad que explican los analistas de Heraeus es que sea la bolsa la que pierda en su comparación en el oro. Existen argumentos suficientes que apoyan esta posibilidad: el actual mercado alcista estadounidense ha sido el segundo más largo de la historia y cada vez parece más vulnerable.
El índice Dow ha permanecido prácticamente plano durante todo el año, con dos correcciones superiores al 11%. Las acciones, teniendo en cuenta la ratio entre el precio de las mismas y el beneficio por acción, están en niveles muy altos. Según esta medida, el mercado se encuentra en el tercer punto más caro de su historia, solo por detrás de 1929 (año del crack de Wall Street que ocasionó la Gran Depresión en Estados Unidos) y del año 2000 (en el que se produjo el estallido de la burbuja tecnológica).
Según el informe de Heraeus, si la Reserva Federal detiene sus subidas de tipos por el debilitamiento de la economía, la curva de rendimientos se haría más empinada. El dólar, por su parte, comenzaría a caer. Lo que debería suponer un impulso para el precio del oro.
Teniendo en cuenta la alta valoración histórica de las acciones, los analistas de Heraeus opinan que lo más probable es que la bolsa no continúe superando la revalorización del oro, y éste entre en una espiral de subida de precio.