El fondo soberano de Australia, dotado con 134.280 millones de dólares, está aumentando su exposición al oro, las materias primas, el capital riesgo y las infraestructuras, ya que advierte de que el futuro se asemejará a la era de bajo crecimiento y alta inflación de los años 70.
El llamado Fondo del Futuro esbozó los cambios, que también incluyen la ampliación de su cesta de divisas, en un informe publicado el pasado 16 de diciembre y analizado por Reuters, en el que cuestionaba el valor de las carteras tradicionales 60-40 y pedía un cambio de inversión para afrontar un mundo que se enfrenta a la guerra, la inflación y el cambio climático.
“En este tipo de entorno existe un riesgo real de crecimiento lento, desempleo elevado y subida de precios simultáneos, que guarda cierto paralelismo con el periodo de estanflación que afectó a los mercados desarrollados en la década de 1970”, señalaba el informe.
Los grandes y pequeños inversores se apresuran a ajustar sus carteras y filosofías, socavadas por el hundimiento simultáneo de los mercados de renta variable y renta fija.
El contenido de este informe del fondo soberano australiano pone fin a cuatro décadas de vientos favorables a la inversión, como la caída de los tipos de interés y los impuestos, la abundancia de energía y la creciente globalización impulsada por el auge de China.
Los inversores se enfrentaban ahora a un mundo corrosivo para los precios de los activos: más guerras, riesgo de controles de capital y confiscaciones, gobiernos más grandes y el espectro de una mayor inflación.
En respuesta, el Fondeo del Futuro está aplicando seis amplios conjuntos de cambios, entre ellos una mayor atención a la asignación dinámica de activos y a la liquidez.
“No hay respuestas sencillas para la comunidad inversora. Los enfoques tradicionales han dado buenos resultados, pero es dudoso que sean adecuados para el futuro”, afirma el informe.
Los autores del informe sostienen que la invasión rusa de Ucrania apunta a un futuro de mercados energéticos desestabilizados, así como de inflación e impuestos más elevados, ya que los países dan prioridad a la seguridad y la resistencia frente a la eficiencia.