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El futuro de la mina de plata de Inmaculada, pendiente del Gobierno de Perú

Mina de oro y plata Inmaculada (Perú)

La compañía minera Hochschild Mining, propietaria de la mina de plata de Inmaculada, espera que el regulador peruano apruebe, durante el primer semestre de 2022, el plan que permitirá extender la vida útil de la explotación. Las protestas por parte de representantes de las comunidades locales han complicado la situación en las últimas semanas.

En caso de que el Gobierno de Perú apruebe finalmente el plan presentado por Hochschild Mining, la vida útil de la mina de plata de Inmaculada (en la imagen) se extendería al menos hasta el año 2042. Una extensión que resulta imprescindible para que la minera logre reunir los 4.400 millones de dólares de inversión (más del 60% del flujo de caja de la compañía, que cotiza en la Bolsa de Londres), necesarios para desarrollar la explotación.

En principio, estaba previsto que la mina cerrara en 2023. Según José Augusto Palma, vicepresidente de asuntos legales y corporativos de la minera Hochschild, “la solicitud está siendo analizada por el Servicio Nacional de Certificación Ambiental (SENACE) y se espera su aprobación para el primer semestre de 2022”. De momento no se ha establecido ningún calendario para la ampliación.

Las minas de Inmaculada y Pallancata han sido los principales objetivos de las protestas protagonizadas por las comunidades de la región andina de Ayacucho, al sur del país, que se oponen a la extensión de su vida útil y las acusan de contaminar los acuíferos, circunstancia que niegan desde la compañía minera.

Las acciones de Hochschild cayeron más de un 50% en noviembre después de que el primer ministro peruano, Pedro Castillo, anunciara que no se renovarían los permisos de explotación de Inmaculada, Pallancata y otras dos minas, debido a la oposición por parte de las comunidades locales.

Sin embargo, días después y ante la indignación del sector minero peruano, un contribuyente muy relevante para la economía del país, el Gobierno anunció que permitiría a las mineras solicitar la ampliación.

Desde las comunidades locales han anunciado que van a seguir presionando al Gobierno peruano para que mantenga su postura inicial de cerrar las minas sin modificar el calendario previsto y amenazan con intensificar las protestas.

De momento, las partes implicadas se van a ver las caras en una serie de reuniones promovidas desde el Gobierno.

Bajo la normativa medioambiental actual, la mina de Inmaculada podría seguir operando hasta finales de 2023, tras iniciar el proceso de cierre en 2022, mientras que el de la mina de Pallancata también se iniciará el año que viene, aunque la operación seguiría funcionando hasta 2024.

En este último caso, el objetivo de la compañía es retrasar el proceso tres años, de forma que el cierre comenzara a prepararse en 2025, sin perjuicio de que la minera solicite una nueva extensión.

Desde Hochschild han asegurado que no tienen ninguna intención de clausurar las mineas de Inmaculada y Pallancata.

El sector minero es muy importante para la economía de Perú: el país es el segundo productor mundial de plata y uno de los mayores de cobre, por lo que el Gobierno ha tenido que frenar sus planes iniciales de cierre de minas.

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