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El futuro de la minería pasa por la mecanización

El futuro de la minería en Sudáfrica está en juego. La que fuera primera potencia mundial en extracción de oro hace una década, con más de 17 millones de onzas, ha reducido escandalosamente sus volúmenes en los últimos años, hasta ocupar en 2016 el sexto puesto mundial, con unos escasos cinco millones de onza

Durante esta década, los problemas laborales y la caída en la rentabilidad de las minas han asolado el sector, que necesita reinventarse para seguir contribuyendo a la producción mundial de oro y otros metales preciosos.

Según el CEO de la compañía minera sudafricana Sibanye Gold, Neal Froneman (en la imagen), a su vez vicepresidente de la Cámara Minera del país (a la que pertenecen la mayoría de empresas), la introducción de maquinaria inteligente que trabaje durante el día y la noche en ñas explotaciones podría ayudar a salvar miles de empleos e impedir el cierre de las minas no rentables.

En su opinión, la producción de la industria minera sudafricana va a experimentar una caída a finales de la década, para “extinguirse casi completamente hacia 20133”, si las operaciones continúan utilizando los actuales métodos de trabajo intensivo, muy costosos y que apenas se han modificado en el último siglo. Y eso conllevaría la pérdida de unos 200.000 empleos.

“El panorama cambia radicalmente con la mecanización: las cifras de producción anual podrían continuar a los niveles actuales hasta, al menos, 2025 o 2030 e incluso, posiblemente, más allá, con unas operaciones mecanizadas que trabajen las 24 horas del día, los siete días de la semana”, afirmó Froneman, quien se atrevió a aventurar un futuro a la minería de oro sudafricana hasta al menos 2045.

La minería sudafricana ha sido, desde hace años, una de las principales potencias mundiales. Ha sido el país del que se ha extraído más cantidad de oro y promediaba unas 1.000 toneladas anuales en los años 70. Una cantidad que ha ido decayendo con los años, en especial debido al envejecimiento de las minas y a la necesidad de profundizar más para llegar a los depósitos de mineral, lo que, a su vez, ha incrementado el peligro y reducido la cantidad de oro obtenida por tonelada de mineral.

La producción de oro anual del país ha caído hasta las 150 toneladas y podría desplomarse hasta las 50 en el plazo de cinco años. Pero eso no significa que se hayan agotado los recursos. De hecho, en Sudáfrica se hallan alrededor del 50% de los recursos de oro conocidos en el mundo. A su vez, el empleo en el sector ha caído desde un máximo de 600.000 trabajadores hasta 480.000.

Eso significa que las compañías deben trabajar unidas para desarrollar tecnologías que les permitan extraer el oro del mineral de más baja graduación (el que menos onzas por toneladas contiene), actualmente descartado por su baja rentabilidad, o el que se encuentra dentro de la roca que sustenta los túneles de las minas. Se calcula que existen unos 400 millones de toneladas de mineral con bajo contenido en oro, unos 160 millones de toneladas con alto contenido en oro entre los túneles y centenares de millones de toneladas de mineral en profundidades superiores.

Actualmente la mina más profunda del mundo es la de Mponeng, con una profundidad de cuatro kilómetros. Pero existen varias minas más que alcanzan profundidades de dos y tres kilómetros.

La vida media útil de una mina explotada con métodos convencionales es de unos cuatro años. El uso de métodos semi-mecanizados podría extender esta vida hasta los 15 años, mientras que una mecanización completa de las actividades, trabajando siete días a la semana, podría suponer una vida útil de hasta 25 años.

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