Además de ser un metal precioso especialmente solicitado en estos días, la plata también es un metal con múltiples aplicaciones en los campos de la medicina y la sanidad. Las últimas investigaciones buscan fórmulas para que los medicamentos puedan dirigirse directamente a las bacterias patógenas, aumentando su efectividad y reduciendo las dosis.
En la edición de febrero de la revista Silver News, editada por The Silver Institute, se informa sobre una investigación que está llevando a cabo la Universidad de California San Diego y en la que la plata desempeña un importante papel.
Como explican desde Silver News, la mayoría de los medicamentos se disuelven en el interior del cuerpo humano. Por ello, los prescriptores recetan dosis más altas de las que en realidad se necesitan para destruir un determinado patógeno.
Esta práctica habitual ocasiona un exceso de uso de algunos medicamentos, especialmente los antibióticos, y provoca que las baterías muten para protegerse y se hagan inmunes a los medicamentos.
Por ello, los científicos estudian fórmulas para elaborar una especie de microtrampas que pueden viajar por el cuerpo humano, para atraer, capturar y destruir las bacterias, de un modo muy preciso y sin causar efectos secundarios.
Ésa es la premisa de la que parten los investigadores del Departamento de Nanoingeniería de la Universidad de California San Diego, que han elaborado una serie de micromotores que viajan a gran velocidad por el cuerpo humano y actúan como cebo para bacterias como la E.coli en entorno ácidos como el estómago.
Una vez que los micromotores atrapan la bacteria, utilizan iones de plata para eliminarla.
Los micromotores están fabricados con un núcleo de metal de magnesio envuelto con varias capas de polímeros. El núcleo de magnesio reacciona con el entorno ácido, produciendo burbujas de hidrógeno que impulsan al micromotor.
Una vez que el nucleo de magnesio se ha disuelto, deja una estructura hueca. Las capas interiores de esa estructura están hechas de un polímero que se disuelve en el ácido y que contiene serina, un aminoácido que atrae a la bacteria hacia el interior de la estructura.
Después de que se han disuelto todas las capas de polímero, entra en acción la materia prima esencial: la plata. Los iones de este metal que se liberan tras la disolución de los polímeros destruyen la bacteria.
Desde Silver News explican que, de momento, estos micromotores solo se han probado en el laboratorio. Según el equipo de investigadores de la universidad californiana, este experimento “constituye un concepto nuevo, que puede exportarse a un gran número de importantes aplicaciones prácticas que van desde la seguridad alimentaria, la anidad o el cuidado del medio ambiente”.