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El Gobierno de Arabia Saudí impone la nacionalización del negocio del oro

Tras varios intentos llevados a cabo durante los últimos 16, el pasado 3 de diciembre fue la fecha límite impuesta por el Gobierno saudí para que todos los trabajadores implicados en el negocio del oro en el país sean de nacionalidad saudí.

El pasado 3 de diciembre se cumplía el plazo dado por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social a los diversos actores del negocio del oro en Arabia Saudí, para que todos los trabajadores del ramo fueran de nacionalidad saudí.

Se trata de una vieja aspiración del Gobierno, que se aprobó hace más de una década en consejo de ministros pero que, por sus dificultades técnicas, nunca llegó a ponerse en práctica.

Según informa el diario local Saudi Gazette, en esta ocasión, el Ministerio de Trabajo va a contar con la colaboración de los ministerios de Interior, Asuntos Municipales y Rurales, y Comercio e Inversiones, para asegurarse del cumplimiento de la nueva norma.

Las cifras oficiales apuntan a que alrededor de 30.000 personas, la mayoría de ellos expatriados, trabajan en unos 6.000 comercios en diversos puntos del país. De ellos, solo están exentos del cumplimiento de la norma los que estén casados con mujeres saudíes, siempre y cuando sigan casados o hayan tenido hijos con ellas.

El objetivo que persigue el Gobierno con la saudización del negocio del oro es combatir la práctica denominada “tasattur”, que consiste en un acuerdo ilegal por el que el propietario saudí de uno de estos negocios cede su gestión a un extranjero a cambio de un porcentaje en los beneficios. Una práctica que afecta a un 40% de la industria.

Según el Gobierno, el “tasattur” es perjudicial para la economía, porque el dinero generado por este sistema no se contabiliza en el PIB, incrementa la tasa de desempleo y promueve el fraude comercial.

Los mercados del oro y la joyería mueven alrededor de 3.150 millones de euros. El negocio del oro en Arabia Saudí es uno de los más prósperos del mundo y el mayor del mundo árabe.

Una vez que el programa de nacionalización esté plenamente implementado, desde el Gobierno esperan que se creen al menos 5.000 empleos para ciudadanos saudíes.

Sin embargo, uno de los motivos por los que se sigue produciendo el “tasattur” entre los comercios de oro es porque, simplemente, no hay suficientes ciudadanos saudíes dispuestos a trabajar en esta industria, cuyos salarios distan de ser competitivos: entre 3.000 y 7.000 riyal (675 a 1.575 euros), por una labor muy exigente.

En la ciudad de Medina, por ejemplo, la mayoría de los comercios de oro y joyas están regentados por ciudadanos yemeníes, que acaparan alrededor de dos tercios del mercado.

La normativa contempla sanciones de 20.000 riyal (4.500 euros) por trabajador para los comerciantes que empleen a extranjeros en sus tiendas a partir del 3 de diciembre, fecha de entrada en vigor de la norma.

Para asegurarse de su cumplimiento, el ministerio va a enviar inspectores a todos los mercados y centros comerciales, así como a realizar inspecciones por sorpresa para localizar a posibles infractores de la norma.

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