Sudáfrica fue el mayor productor mundial de oro hasta hace algo más de una década, en que se inició una crisis que ha provocado que el país desaparezca de los primeros puestos. El relevo lo tomó la industria del platino, metal del que Sudáfrica es el mayor productor mundial desde hace unos años. Ahora, el Covid-19 amenaza con poner en crisis también a este sector.
Según un informe publicado por Bloomberg, la industria sudafricana del oro languidece desde hace años, y la del platino podría ser la siguiente. Durante la última década, la industria sudafricana del platino ha reducido la inversión en las minas de las que se extrae el 75% de la producción mundial de este metal.
En medio de la mayor contracción económica sufrida por Sudáfrica desde la Gran Depresión, los principales productores de platino han congelado sus inversiones en nuevas minas. Ni siquiera la estratosférica subida del precio del paladio (un metal del grupo del platino producido también en las minas sudafricanas) ha servido para mantener la inversión en nuevos proyectos.
Esta situación ha recordado a los analistas lo sucedido con la industria sudafricana del oro durante los últimos años. Todo apunta a que la situación se va a repetir con la del platino.
Los cortes de suministro eléctrico y de agua, junto a las erráticas políticas gubernamentales, han afectado a los productores, que han reducido el gasto de capital en las minas de las que se extrae el 75% de la producción mundial anual de platino.
La situación se ha visto agravada por la pandemia de Covid-19, que ha provocado un desplome de la demanda de catalizadores por parte de la industria automovilística, la principal consumidora mundial de platino,
Además, los fabricantes de vehículos han puesto en marcha numerosos estímulos comerciales para promover las ventas de automóviles eléctricos en detrimento de los diésel, que son los que llevan más carga de platino.
La situación más grave es la que afecta al llamado cinturón occidental, que es el centro de la producción del platino sudafricano. Según augura Mani Dungwa, analista de Kagiso Asset Management, “el declive del cinturón occidental supone el fin del ciclo de inversión en este tipo de minas”.
Esta caída en la inversión de capital deja en una complicada situación a una de las mayores industrias exportadoras de Sudáfrica, en un momento en que las minas de oro del país entran en su última fase.
La minería de platino sudafricana emplea a alrededor de 17.000 trabajadores, por lo que la situación puede ser crítica para un país que atraviesa por la crisis económica más profunda desde la Segunda Guerra Mundial.
Durante los últimos 30 años, la producción de oro de Sudáfrica (una industria de más de 130 años de antigüedad), se ha desplomado, conforme aumentaban los costes derivados de la explotación de algunas de las minas de oro más profundas del mundo.
En los años 20 del pasado siglo, Hans Merensky descubrió unos yacimientos de platino que contenían alrededor de las tres cuartas partes de los recursos mundiales conocidos de este metal. Sin embargo, su explotación no comenzó hasta los años 50, debido al aumento de la demanda por parte de los fabricantes de automóviles, que utilizaban el platino para reducir las emisiones contaminantes.
En opinión de Johan Theron, portavoz de una de las principales compañías sudafricanas, Impala Platinum, “el sol está empezando a ponerse en algunas de las zonas del cinturón occidental donde se encuentran las minas más convencionales y a mayor profundidad. Es lo mismo que ha ocurrido con el oro: sigue habiendo metal, pero está a mayor profundidad y requiere un mayor gasto, con escasas perspectivas de rentabilidad”.
La producción de platino alcanzó su punto máximo en el año 2006, y la falta de inversión en las explotaciones a mayor profundidad del cinturón occidental va a provocar una reducción aún mayor de la producción durante los próximos diez años.
El rally del precio del paladio ha servido para aliviar la situación de los productores locales durante los últimos 18 meses, pero no sirve para justificar los grandes proyectos de inversión que necesita la industria del platino. Eso está retrasando la construcción de la nueva generación de minas en el cinturón occidental de platino y, además, está acabando con las reservas de metal existentes.
Inversiones aplazadas
El pasado mes de junio, Impala Platinum decidía aplazar una inversión de unos 12.000 millones de rand (677 millones de dólares) para la construcción de una nueva mina en Waterberg, en el extremo norte del cinturón de platino. La compañía justificaba su decisión en que las perspectivas no invitaban a realizar esta inversión en los próximos diez años.
Por su parte, Anglo American Platinum aplazaba hasta el segundo semestre de 2021 la decisión de invertir 26.500 millones de rand (1.500 millones de dólares) en la mina de platino de Mogalakwena (en la imagen).
Ivanhoe Mines aún está evaluando la financiación de su nuevo proyecto de Platreef, que va a requerir una inversión de alrededor de 1.500 millones de dólares.