La industria minera del platino ni siquiera se va a acercar a la previsión de demanda de alrededor de nueve millones de onzas para el año 2025. Una cifra calculada a partir de una modesta proyección de crecimiento de un 1,5% anual.
Según Paul Dunne, CEO de la compañía Northern Platinum, esos nueve millones de onzas son una cifra considerable si se comparan con la producción de la minería de Sudáfrica, que suministra cerca del 80% del platino mundial, pero que actualmente se encuentra inmersa en una importante fase de recesión.
Las minas de platino de Sudáfrica, que llegaron a extraer un máximo de 5,5 millones de onzas en 2006, apenas van a obtener unos cuatro millones de onzas este año, y probablemente ni siquiera alcanzarán esta cifra en 2017.
El reciclaje de platino también está en retroceso en el mundo y las estimaciones apuntan a que los stocks actuales van a ser insuficientes para la demanda existente.
Las previsiones apuntan a un déficit de suministro cercano a los dos millones de onzas sobre una demanda de nueve millones, lo que significa un desequilibrio entre oferta y demanda que se va a extender durante los próximos diez años.
La producción de las minas de Sudáfrica, la mayor del mundo, se encuentra en declive desde hace una década, una tendencia que no parece que vaya a cambiar a corto plazo. A ello se le suma el hecho de que las cifras de la industria del platino son peores que en años anteriores. “Hay una auténtica escasez de inversión”, aseguró Dunne.
La industria minera del platino necesita constantes inversiones para mantener el ritmo de producción, lo que no se ha producido por falta de retorno. El platino cotiza ahora mismo a un precio muy bajo: 920 dólares por onza, más barato que el coste de producción, lo que es una situación de mercado insostenible.
“Si continúa esta incertidumbre, sobre todo en lo que respecta a la producción primaria de Sudáfrica, el precio del platino podría subir en Nueva York hasta 100 dólares por onza en cuestión de una noche. Ya lo hemos visto al menos en dos ocasiones anteriores”, recordó Dunne.
El problema es que es difícil que aumente la producción minera, porque los filones son limitados y muchos proyectos de explotación están parados por falta de financiación. Aunque ésta llegue, todavía tardarán en obtener sus frutos.