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El oro alcanzará los 1.600 dólares la onza en el cuatro trimestre, según Goldman Sachs

Rótulo de Goldman Sachs

La percepción de riesgo de recesión por parte de los inversores va a permitir al oro alcanzar los 1.600 dólares la onza a lo largo del cuatro trimestre del presente año, según los analistas del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs.

Los inversores tienen una percepción cada vez mayor del riesgo de recesión, lo que podría impulsar el precio del oro por encima de los 1.600 dólares la onza durante el cuatro trimestre de 2019, según ha explicado el analista de Goldman Sachs, Mikhail Sprogis a Kitco News.

“Lo que realmente influye en el mercado del oro no es la existencia de riesgos, sino la percepción que tiene el mercado sobre los posibles riesgos. Nos hemos dado cuenta de que el temor del mercado a una recesión tiende a subir con una tasa de empleo más baja y menos crecimiento. Dado que este año tenemos un empleo más bajo y se debate sobre el estado de la economía, se va a fomentar la inversión defensiva, apunta el analista.

Las previsiones de Goldman Sachs apuntan a que los riesgos son moderados en los Estados Unidos y no se prevé una recesión para el año que viene. En cuanto al precio del oro, el banco considera que subirá hasta los 1.600 dólares la onza para finales de año, antes de estabilizarse en esos niveles y volver a subir.

Esta previsión de precio se basa en un escenario no demasiado pesimista, con un rebote del crecimiento global. “Un entorno con peores datos permitiría ver unos precios del oro mucho más altos”, apunta el analista.

Según Goldman Sachs, son tres los factores principales que pueden impulsar al precio del oro hacia ese nivel: la demanda de ETF, las compras de oro por parte de los bancos centrales y la debilidad del dólar estadounidense.

“En un entorno de bajo crecimiento, los inversores de los mercados desarrollados van a optar por una composición de la cartera más defensiva, lo que aumentará los flujos de inversión hacia los ETF”, apunta Sprogis.

En cuanto al sector oficial, la demanda de oro por parte de los bancos centrales va a seguir siendo muy importante durante el resto del año, superando incluso las 650 toneladas del año pasado y llegando a 750. Un movimiento que será liderado por los países que mantienen enfrentamientos con los Estados Unidos (Rusia, Turquía y China), y por los que están enfrentados a la Unión Europea, como Polonia, que ha comprado 100 toneladas de oro en lo que llevamos de año.

Por su parte, el dólar estadounidense va a caer conforme se produzca un rebote del crecimiento económico global, lo que va a propiciar un crecimiento de las principales divisas respecto a la moneda estadounidense.

Ambas cuestiones, el rebote del crecimiento económico global y la caída del dólar, van a impulsar la demanda en los países emergentes como China o la India, que son los mayores compradores mundiales de oro.

Sin embargo, para que el metal precioso alcance registros récord en dólares, va a ser necesario que la economía estadounidense entre en recesión o que la tasa de inflación se dispare.

Según Goldman Sachs, una de las razones de la reciente escalada del precio del oro es la política monetaria de la Reserva Federal estadounidense: los analistas del banco consideran que se va a producir un nuevo recorte de tipos de interés en el mes de octubre y que la Fed volverá a subir los tipos tras las elecciones presidenciales de 2020.

De hecho, el mercado cree que hay un 90,5% de posibilidades de que el organismo que preside Jerome Powell recorte un 0,25% los tipos en su reunión de octubre.

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