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El oro ayudará a revelar defectos en los objetos impresos en 3D

Impresora 3D

La tecnología de impresión 3D es una auténtica revolución que aún no ha desarrollado todo su potencial y que permitirá producir todo tipo de componentes, desde minúsculas piezas de precisión hasta casas. En ella también va a tener mucho que decir el oro, que va a servir de control de calidad de las impresiones.

Un equipo científico de la Universidad de Vanderbilt (Nashville, EEUU) ha desarrollado un procedimiento que emplea nanopartículas de oro para revelar pequeños defectos en la superficie de piezas impresas en 3D.

Según Kane Jennings, profesor de Ingeniería Química y Biomolecular de la Universidad de Vanderbilt, durante el proceso de impresión de las diferentes capas que conforman un objeto en 3D se pueden producir errores que debilitan la integridad estructural de la pieza y pueden comprometer su resistencia, provocando su ruptura.

Los investigadores probaron a insertar nanopartículas de oro en el material utilizado para la impresión, con el objetivo de resaltar estos defectos. Para ello, mezclaron las nanopartículas de oro con una disolución de polímeros de plástico. Al solidificarse la mezcla, las nanopartículas quedan atrapadas en el material plástico, que puede usarse como materia prima para las impresiones en 3D.

Una vez impresa una pieza, basta con someterla a una espectroscopia ultravioleta-visible para verificar si existen defectos. Se trata de un proceso muy simple y rápido, que no daña la pieza y que permite comprobar rápidamente si la superficie presenta alguna malformación no detectable a primera vista.

Este proyecto de investigación ha sido financiado por la Oficina de Investigación Naval de los Estados Unidos y está pendiente de solicitar las correspondientes patentes. Según los investigadores, sus posibles aplicaciones son muy numerosas, ya que estos nuevos materiales inteligentes cuentan con aplicaciones en muy diversos campos de la industria tecnológica.

En cuanto al oro, cada vez cuenta con más aplicaciones en el campo de la tecnología, lo que puede suponer un importante incremento de su demanda en los próximos años, del mismo modo que ha sucedido con la plata, un elemento que cuenta con la doble condición de metal precioso y materia prima industrial.

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