Sevilla albergará, entre el 10 de octubre y el 15 de diciembre, una histórica exposición sobre la vida y la obra del pintor austriaco Gustav Klim, autor de obras tan icónicas como ‘El beso’ y poseedor de una técnica muy particular en el que mezclaba la pintura al óleo con láminas de pan de oro y con otros metales.
A partir del 10 de octubre y hasta el día 15 de diciembre, tendrá lugar la exposición titulada ‘El oro de Klimt’, dedicada a la vida y la obra del pintor austriaco, representante del simbolismo, en el Pabellón de la Navegación de Sevilla.
Se trata de algo más que una simple exposición pictórica. Organizada por la galería australiana Nomad Art, responsable de otras exposiciones también celebradas en España, como ‘Van Gogh Alive: The Experience’, el objetivo de ‘El oro de Klimt’ es sumir al visitante en un paseo por la biografía del genial pintor austriaco, por medio de un sistema multipantalla en el que se irán proyectando una selección de sus mejores obras, acompañadas con las melodías y los aromas que las inspiraron.
Se trata de romper con el concepto estático de museo y acercar al visitante a la obra de uno de los representantes de las vanguardias europeas en el ámbito de la pintura. Según Cristina Ortega, de Nomad Art, “la fusión de pintura, música y tecnología permite ofrecer una propuesta atractiva para ese público que, hasta ahora, no se sentía atraído por los formatos tradicionales de arte. El objetivo es democratizar esta disciplina para que la gente pueda, además de contemplarla, disfrutarla y sentirse parte de ella. Buscamos despertar el interés artístico en personas que tienen poco contacto con este mundo”.
La exposición consta de nueve capítulos, que recorren toda la trayectoria del pintor, desde sus primeros pasos, influidos por los mosaicos bizantinos, hasta la madurez de su estilo, con los diseños eróticos que escandalizaron a la crítica de la época.
Como es lógico, entre estas piezas no podía faltar una de sus obras más conocidas, ‘El beso’, un óleo sobre lienzo con la incrustación de finas láminas de oro y estaño. Y es que el oro también ha desempeñado un papel fundamental en la obra de Klimt: “cuando pinto, uno de mis mayores sentimientos de placer es la conciencia de que estoy creando oro”, aseguró en alguna ocasión el pintor, que utilizaba habitualmente el pan de oro en la elaboración de sus cuadros.