Los futuros del oro disminuyeron el lunes a medida que las acciones estadounidenses subieron a raíz de una venta masiva provocada por el coronavirus, mientras que los rendimientos del dólar estadounidense y de los bonos del gobierno aumentaron.
El oro fue comprado masivamente el viernes por temores frente a la expansión del coronavirus que ya está presente en al menos 18 países y el crecimiento económico global que está registrando varias señales para preocuparse.
El metal amarillo no paró de coquetear hasta bien entrado el lunes noche intentando alcanzar los 1.590 dólares la onza con la intención de llegar a los 1.600 dólares, algo impensable a mediados del pasado año.
Por otro lado, el dólar continúa con su venta debido al “rebalanceo” de fin de mes y después de que la Reserva Federal haya sugerido que es un recorte y no una subida de tipos hacía donde van los tiros en el banco central.
El oro también compite con las tasas de los bonos para los compradores de refugio, con rendimientos crecientes que tienden a atraer inversores en los Tesoros y lejos de los metales preciosos.
«Si bien todos los ojos están en los titulares sobre el virus chino, muchos bancos centrales pueden ser moderados, lo que reduce otras monedas«, incluso cuando Estados Unidos parece ser el «más líquido y más seguro para el capital«, dijo George Gero, director gerente de RBC Wealth Management.
La Comisión Nacional de Salud de China dijo el domingo que los casos del nuevo coronavirus llegaron a 17.205, mientras que el número de muertos fue de más de 360. También se han contabilizado casos fuera del país, y la Organización Mundial de la Salud y la administración Trump declararon la semana pasada emergencias de salud pública.
La influenza asiática ha hecho comparaciones con el SARS, o síndrome respiratorio agudo severo (Gripe Aviar), y se espera que perjudique la expansión económica a corto plazo en China, que se considera uno de los mayores compradores de metales preciosos e industriales.
Aún así, el oro se ha beneficiado principalmente de las preocupaciones recientes relacionadas con el brote asiático y su potencial para dañar la economía mundial, aunque solo sea a corto plazo.