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El oro frenará su caída y recuperará los 1.400 dólares la onza en 2019

La caída del precio del oro, que lo ha llevado desde máximos por encima de los 1.350 dólares la onza a principios de año, hasta los 1.241,70 que registró al cierre de la sesión del viernes, 13 de julio en la London Bullion Market Association (LBMA), parece tener los días contados.

Según el último informe mensual sobre commodities publicado por el banco holandés ABN Amro, el precio del oro está cerca de tocar suelo, después de haber perdido el nivel de los 1.350 dólares la onza que alcanzó en varias ocasiones durante el primer semestre de 2018, para situarse en el entorno de los 1.240 dólares la onza.

El informe de la entidad financiera estima que para el próximo año 2019 se producirá una “importante recuperación” en el precio del metal. La actual tendencia bajista se explica, según ABN, por los máximos alcanzados en los principales índices bursátiles mundiales, incluyendo los de Estados Unidos, que han provocado un desinterés de los inversores por activos de menor riesgo y mayor seguridad, como el oro.

Por su parte, el dólar ha seguido al alza, lo que constituye un obstáculo para la subida del precio del oro: el Índice Dólar (que compara a esta divisa con el euro, la libra esterlina, el franco suizo, la corona sueca, el yen japonés y el dólar canadiense) ha subido hasta los 94,74 puntos.

“Esta debilidad en el precio del oro viene impulsada por la subida del dólar, la posibilidad de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, la previsión de un ajuste a la baja en la Eurozona y la caída del yuan chino”, señala en el informe la analista de metales preciosos de ABN Amro, Georgette Boele.

La actual caída del precio del oro encontrará su suelo en torno a los 1.225 dólares la onza al cierre del tercer trimestre del año, para remontar hacia los 1.250 dólares en el último trimestre.

En lo que queda de año, los principales obstáculos para el precio del oro van a seguir siendo la escalada del dólar, las posibles subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense y la subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro, además del incremento de la tensión en torno a una posible guerra comercial, que hasta ahora no ha influido positivamente en el oro.

Sin embargo, el banco holandés tranquiliza a los inversores en oro y señala que su paciencia se verá recompensada el año que viene, cuando el precio del metal suba hasta los 1.400 dólares la onza, esta vez sí, influido por las perspectivas de una guerra comercial a escala mundial y por la caída del dólar, que alcanzará su máximo a finales de año, antes de empezar a caer.

A corto plazo, los mercados están pendientes esta semana de la comparecencia semestral del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ante el Congreso de los Estados Unidos, prevista para el martes, 17 de julio, que ofrecerá pistas sobre el estado de la economía estadounidense y sobre los posibles riesgos que está monitorizando la Fed.

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