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El oro frente al desastre global

La llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos, la negociación pendiente para el Brexit entre el Reino Unido y la Unión Europea, la incertidumbre ante las elecciones que este año se celebran en varios países europeos… La situación geopolítica global se complica y son muchos los analistas que, desde un punto de vista casi catastrofista, auguran un futuro muy complicado para la economía mundial.

Pero ante semejantes perspectivas, hay una cuestión que todos ellos tienen clara: el oro va a verse beneficiado por esta situación y los inversores harán bien en confiar en este metal como refugio para su inversión.

En su último artículo publicado, Egon von Greyerz (Goldswitzerland.com), reputado analista mundial que ha previsto anteriores crisis, asegura que “ahora mismo tenemos la receta perfecta para un desastre global”.

En palabras de von Greyerz“en la mayoría de países, los inversores cometen el error de calcular sus beneficios en su moneda local. Esto era adecuado mientras solo tenían acceso a su mercado de inversiones local, pero eso fue hace tiempo. Ahora estamos en un mercado global”. Según el analista, este error de contabilizar los retornos en moneda local se comete también en Estados Unidos, donde los inversores no se preocupan por otras divisas, ya que asumen que el tamaño de la economía estadounidense y la fortaleza del dólar convierte a su moneda en la más importante.

En su opinión, el mercado de valores de EE UU está muy sobrevalorado y comporta tanto riesgo que es mejor evitarlo, aun cuando ello suponga perder una oportunidad de acumular importantes ganancias. “Solo alguien que vendiera en 2000, volviera a comprar en 2002, se saliera en 2007 e invirtiera de nuevo en 2009 podría haber ganado mucho dinero. Pero el inversor medio no suele comportarse así”, apunta.

La caída del índice S&P

En general, los mercados han sido una gran inversión en los últimos 100 años debido a la enorme expansión del crédito y de la emisión de divisas en todo el mundo. Según Von Greyerz, si se analizan de forma crítica las ganancias reales de un inversor estadounidense que haya invertido desde principios de siglo en el Índice S&P, el resultado es muy interesante: en dólares estadounidenses, el beneficio parece importante, un 56%. Pero un 56% en 16 años apenas es un 2,8% anual (más dividendos), nada destacable.

La mayoría de los inversores americanos calculan sus ganancias en dólares, lo que resulta adecuado si esta divisa es fuerte. Pero no es el caso del dólar, que ha mostrado una extrema debilidad desde 1971. Esas mismas ganancias, calculadas en francos suizos en vez de dólares, se habrían convertido en un 2% de pérdidas. Así que, en realidad, el 56% de ganancias en dólares no son reales, sino tan solo una medida de la inflación.

“Si queremos averiguar el comportamiento real del Índice S&P durante este siglo, debemos calcularlo en una divisa que no se pueda imprimir a voluntad y que mantenga siempre su poder adquisitivo, es decir, el oro. Y el panorama es bien diferente: en vez de un 56% de ganancias en dólares fiduciarios, el Índice S&P ha caído un 63% medido en dinero real, sentencia el analista.

Éste es el motivo, según Von Greyerz, por el que los gobiernos detestan el oro: porque revela su mala gestión de la economía. Aunque el precio del oro se puede manipular (especialmente el del oro papel), es la mejor medida del comportamiento real, ya que el oro es el único dinero que no fabrica el hombre. El oro es la moneda de la naturaleza y continuará siendo el único dinero que sobreviva a lo largo de la historia.

En opinión del analista, ahora mismo tenemos la receta perfecta para un desastre a escala global:

– Las principales economías mundiales como EE UU, China, Japón, Europa y los mercados emergentes tienen una deuda que ha crecido de manera exponencial y que nunca podrá ser liquidada.

– El sistema financiero tiene una exposición al riesgo de dos trillones de dólares, lo que significa que todo se vendrá abajo si las contrapartidas fallan.

– Con el ejemplo de la administración Trump, el mundo va a entrar en una espiral de gasto que acelerará la velocidad de la impresión de moneda y llevará a la hiperinflación, lo que a su vez conducirá a la mayoría de divisas al colapso.

– La deuda y la hiperinflación provocarán una implosión deflacionaria del sistema financiero, que se liberará de la deuda y reducirá el valor de la mayoría de los activos en un 90%.

– Esta destrucción masiva es la única fórmula de volver a levantar el sistema para el crecimiento y la prosperidad futuros.

El antídoto es el oro

En estas condiciones, el oro se va a comportar de manera excepcionalmente positiva en un periodo hiperinflacionario y podría alcanzar unos niveles solo vistos durante la República de Weimar (ver imagen).

Sin embargo, y en opinión de Von Greyerz, “el nivel que alcance el precio del oro es completamente irrelevante. Lo que es más importante es que el oro será la mejor forma de preservar la riqueza y la seguridad. Al menos, mantendrá su poder adquisitivo y es probable que suba de precio. También se comporta de forma positiva en periodos deflacionarios, en los que se convierte en la única moneda disponible y desempeña un papel crítico para salvar a los ciudadanos del desastre económico que se nos avecina”.

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