Aunque el 2018 no ha sido precisamente el mejor año para el oro, que ha cedido un 2,1% de su valor en el conjunto del año, su comportamiento ha sido más positivo que el de la bolsa estadounidense, que ha registrado su peor resultado desde 2008 y su peor mes de diciembre desde 1931.
La sensación de incertidumbre global ha provocado que durante las últimas semanas de 2018 los inversores hayan vuelto a interesarse por el oro como valor refugio, en detrimento de otros activos con mayor riesgo como las acciones.
El mes de diciembre ha resultado especialmente crítico para la bolsa estadounidense, que ha sufrido su mayor caída en este periodo desde el año 1931, debido a la preocupación por el comercio global, el crecimiento de la deuda, el final de la política monetaria adoptada por la Reserva Federal tras la crisis de 2008 y la perspectiva de un cierre gubernamental en Estados Unidos.
Como señala Frank Holmes desde Seeking Alpha, “ante este escenario, el precio del oro ha comenzado a subir a finales de 2018, revirtiendo una tendencia negativa y una débil demanda por parte de los inversores que ha marcado la mayor parte del año”.
Tradicionalmente, el oro mantiene una correlación negativa con los mercados de capitales, una cuestión que se ha puesto de manifiesto en el recién concluido año, demostrando que los inversores siguen valorando el oro como un activo en el que confiar en tiempos de inestabilidad financiera.
La prueba de ello, según explican desde Seeking Alpha, es que la revalorización del metal ha superado a la del índice S&P 500 de la bolsa estadounidense en el mes de diciembre, en el último trimestre y en el conjunto del año.
Evidentemente, la corrección sufrida por los mercados durante el mes de diciembre ha tenido mucho que ver en los resultados. Sin embargo, lo que resulta más llamativo, según Holmes, es el hecho de que el oro ha batido también a la bolsa estadounidense en lo que llevamos de siglo: en concreto, desde el 31 de diciembre de 1999, el oro se ha revalorizado un 345,39%, mientras que el índice bursátil apenas lo ha hecho en un 70,62%.
La interpretación que puede hacerse de estos datos, según Holmes, es que, aunque el oro aún no ha vuelto a alcanzar las cifras máximas que registró en el año 2011, los inversores siguen valorando su atractivo como valor refugio.
Este optimismo en torno al oro se ha transmitido también a las compañías mineras que extraen metales preciosos. El índice FTSE Gold Mines Index subió un 15,85% en los últimos tres meses del año. Las compañías líderes del año en cuanto a revalorización han sido Nevsun Resources (+106%), Kirkland Lake Gold (+81%), SSR Mining (+45%) y North American Palladium (+38%).
Teniendo en cuenta la actual coyuntura tanto en la bolsa como en el mercado de los metales preciosos, desde Seeking Alpha recomiendan a los inversores incrementar la proporción de oro en sus carteras hasta un 10%.
Desde Sociedad Española de Metales Preciosos de Inversión, su presidente, Gabriel Ruiz, aconseja una proporción mayor: “para una persona que tiene una gran capacidad económica, no estaría mal pensar en tener entre un 20 y un 25% de su dinero disponible en lingotes o monedas de oro”.