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El oro, la mejor protección cuando se desmorona la economía de un país

Lingotes de oro de Indonesia

El oro es el valor refugio último, al que los ciudadanos recurren cuando la situación económica se deteriora, con el objetivo de salvaguardar su patrimonio. A lo largo de la historia hemos visto múltiples ejemplos. Y hay naciones que tienen asumido este papel del oro hasta tal punto que ha pasado a formar parte de sus costumbres y tradiciones el ahorrar o regalar oro, como es el caso de la India, China o Turquía, curiosamente, las tres naciones con mayor demanda de oro.

El último ejemplo lo tenemos en Indonesia, cuya bolsa ha caído un 7% en lo que llevamos de año, mientras que la divisa local, la rupia indonesia, se ha devaluado un 9% y se encuentra en su nivel más bajo desde la crisis asiática del año 1998.

Unos datos preocupantes, ya que como apunta Reuters, Indonesia es la economía más importante del Sudeste asiático. Como el resto de economías emergentes, se está resintiendo por el impacto de la subida del dólar y los efectos de la guerra comercial. Su situación es aún más preocupante que la de otras economías emergentes, ya que buena parte de la deuda nacional (alrededor del 40%) se encuentra en manos de inversores extranjeros.

Su déficit, además, continúa creciendo, lo que significa que tiene que seguir pidiendo préstamos para seguir a flote, lo que, en un entorno de tipos de interés crecientes, comienza a ser una situación insostenible.

En estas circunstancias, los ciudadanos de Indonesia están recurriendo al activo refugio por excelencia: el oro físico. Según informa Reuters, se han disparado las ventas minoristas de monedas y pequeños lingotes de oro, mientras que la compañía minera estatal, Aneka Tambang, ya planea incrementar su producción en 2019, para responder a la creciente demanda.

Ante la devaluación de la rupia, los ciudadanos indonesios se han lanzado a comprar pequeños lingotes de oro, que les permitirán mantener su poder adquisitivo, aunque la divisa se siga desplomando.

Según los datos del Consejo Mundial del Oro, la demanda de oro por parte de Indonesia creció en el segundo trimestre del año un 10%, hasta las 11,2 toneladas, cifra que constituye el máximo de los últimos tres años.

La tendencia de los indonesios a comprar oro ha conseguido superar el salto generacional: mientras los ciudadanos de más edad, al igual que en la India, ahorran mediante la compra de joyas de oro, los más jóvenes han heredado este apetito por el oro, solo que en forma de pequeños lingotes.

Estos lingotes son también producidos por la compañía Aneka Tambang, que se encarga del refinado del oro y de la fabricación de lingotes de diversos pesos, bajo la marca Antam.

La compañía ha visto cómo la demanda comenzaba a crecer en los últimos meses, desde una media mensual de apenas una tonelada a 2,2 toneladas en julio y 2,6 en agosto.

Además, el oro se ha convertido también en una inversión atractiva en Indonesia: a pesar de que su precio en dólares ha caído alrededor de un 10% en lo que llevamos de año, en rupias ha crecido más de un 9% en el mismo periodo.

Se trata del mismo efecto que se ha producido en otros países emergentes cuyas economías están atravesando dificultades, como Turquía o Irán. En estos casos, el oro se presenta como un valor refugio con el que mantener el poder adquisitivo, ante la devaluación de la moneda y el desplome de las acciones y los bonos del tesoro.

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