El precio del oro va a mantener las ganancias registradas en el pasado mes de enero durante la primera mitad del año, y empezará a notar la presión a la baja derivada del proceso de normalización de la política monetaria en EEUU por parte de la Reserva Federal a partir del segundo semestre.
Según el analista senior de commodities de BNP Paribas Harry Tchilinguirian, las expectativas de aumento de la inflación y la debilidad del dólar van a constituir, mientras se mantengan, un soporte para los actuales niveles de negociación del oro.
De hecho, el banco ha revisado al alza sus previsiones para 2018, apostando por un precio medio de 1.315 dólares la onza para el conjunto del año. Para 2019, la primera aproximación es más modesta, de 1.170 dólares la onza.
Hasta ahora, el precio del oro se ha venido beneficiando de la debilidad del dólar estadounidense, a pesar de las tres subidas de tipos de interés llevadas a cabo durante 2017 y las expectativas de nuevas subidas de tipos por parte de la Reserva Federal estadounidense en 2018.
Desde BNP Paribas consideran que, dadas las perspectivas de la economía y la inflación en los Estados Unidos y la Eurozona, el interés de los inversores por el oro va a permanecer estable. Además, esperan que el oro reciba un nuevo impulso este año debido al interés de los inversores en hacerse con posiciones en este metal para protegerse ante la posibilidad de una caída en los mercados de capitales.
La perspectiva va a cambiar en la segunda mitad del año, dado que la inflación va a tender a moderarse y se espera que los rendimientos de los bonos suban, lo que va a incrementar el coste de oportunidad de poseer oro, frente a otros activos.