Hace apenas unas horas, el precio del oro batió su registro máximo histórico, superando los 2.070 dólares la onza que alcanzó en agosto de 2020 y que era, hasta el momento, el nivel más alto registrado por el metal precioso en su historia. La crisis provocada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia y las sanciones impuestas a ésta por la comunidad internacional, especialmente en el terreno de la energía, han sido los elementos desencadenantes de esta escalada histórica.
El oro ha registrado en las últimas horas un decidido movimiento al alza que lo ha llevado a alcanzar una cifra récord de 2.078,80 dólares la onza, subiendo más de un 4% en el día, impulsado por el interés de los inversores en posicionarse en un activo refugio que protege de la inflación.
Los contratos de futuros del oro del Comex con entrega en abril alcanzaron los 2.075,30 dólares la onza, tras subir más de 80 dólares en el día.
En las últimas horas, la subida se ha moderado ligeramente. A la hora de escribir estas líneas, el precio spot del metal estaba en torno a los 2.030 dólares la onza. El fixing cerró la última sesión en la London Bullion Market Association (LBMA) a 2.039,05 dólares, su precio más alto desde el 6 de agosto de 2020, en que cerró a 2.067,15.
Según explican desde Kitco News, la incertidumbre geopolítica derivada de la invasión de Ucrania y de las nuevas sanciones impuestas a Rusia ha generado una enorme demanda de oro. Los inversores consideran al metal precioso como la mejor protección frente al riesgo, la inflación, la crisis económica y el posible aumento de la incertidumbre geopolítica.
Una muestra de ello es que desde que comenzó la guerra en Ucrania, los ETF de oro han registrado un aumento de flujo de capital equivalente a 55 toneladas de oro, según explica el analista de Commerzbank Daniel Briesemann: “existe una considerable demanda de oro como activo refugio, como prueba la existencia de flujos de capital muy altos hacia los ETF. Según Bloomberg, solo el 8 de marzo se registraron más de 14 toneladas; la cantidad acumulada desde que comenzó la guerra en Ucrania supera las 55 toneladas”.
La particularidad de este conflicto bélico es que tiene un impacto importante en la economía en general y en las expectativas de inflación, lo que hace que su influencia en la subida del oro sea más permanente.
Desde TD Securities, su analista Bart Melek señaló a Kitco News que “normalmente, la prima de riesgo sobre el oro derivada de los acontecimientos geopolíticos se suele desvanecer pronto. Sin embargo, en este caso aunque las cosas se calmen, todavía existe el problema de la inflación. Y no parece que ésta vaya a remitir en un futuro cercano. De momento, la paz en Ucrania no parece posible y todo apunta a que el déficit de suministro va a continuar”.
El pasado martes, 8 de marzo, el presidente estadounidense Joe Biden anunció que su país dejaba de importar petróleo y gas procedentes de Rusia, una medida a la que también se unió el Gobierno británico.
Por su parte, el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, advirtió que si se prohibía a Rusia exportar petróleo, cortarían el suministro de gas natural a la Unión Europea cerrando el gasoducto Nord Stream 1, que une a Rusia con Alemania.
Según Melek, las consecuencias de estas medidas pueden ser subidas adicionales del precio y una inflación mucho más alta, durante un periodo más largo del estimado previamente: “a corto plazo, va a ser difícil reemplazar el suministro procedente de Rusia. Habíamos estimado un precio del petróleo en torno a los 145 dólares el barril, pero podría ser incluso superior”.
Volviendo al oro, estos acontecimientos implican que va a crecer la demanda de metal, incluyendo nuevas compras por parte de los bancos centrales, lo que tiene un enorme impacto en los precios, debido al gran volumen de operaciones que se suelen realizar.
Algunos analistas sostienen que si siguen aumentando las sanciones contra Rusia, es posible incluso que el precio del oro alcance los 3.000 dólares la onza.
Ello se debe a que el precio máximo que alcanzó el oro en la década de los 80 del siglo pasado (850 dólares la onza), ajustado según la inflación, equivaldría a 2.927 dólares la onza en la actualidad.
Los analistas ven posible alcanzar ese nivel, teniendo en cuenta las posibles compras de oro por parte de los bancos centrales mundiales durante este año y la incertidumbre provocada por las subidas de los tipos de interés que decidirá la Reserva Federal estadounidense.
Una subida de tipos mayor de lo esperado sería perjudicial para la economía estadounidense, teniendo en cuenta el actual nivel de la inflación. Así que los expertos creen que la Fed va a ser prudente con los tipos de interés, y por ello el precio del oro va a seguir creciendo.