El precio del oro cerrará el año 2019 con una revalorización superior al 15%, lo que, de confirmarse, supondría su mayor subida interanual de los últimos nueve años.
Según explica el responsable de estrategia de oro de State Street Global Advisors, George Milling-Stanley, en MarketWatch, “el oro ha registrado un considerable aumento de la inversión por su carácter de activo refugio, debido a los bajos e incluso negativos rendimientos del mercado de bonos y ante el temor a una posible corrección en los mercados de capitales. También los ETF se han beneficiado de esta inversión de tipo estratégico por parte de inversores instituciones y particulares”.
En opinión de Milling-Stanley, las actuales incertidumbres en el panorama macroeconómico y geopolítico han servido de apoyo para ambos tipos de inversiones.
En lo que llevamos de año, el precio del oro se ha revalorizado un 15%, lo que supone el mayor incremento interanual desde el año 2010, cuando los precios subieron un 30%.
El analista de State Street Global Advisors aseguró sentirse sorprendido por la rápida subida del precio del metal, una vez superados los 1.350 dólares la onza, el pasado verano. De hecho, esos 1.350 dólares la onza habían sido el nivel superior de cotización que se había registrado durante los seis años anteriores, desde la primavera de 2013.
A ello contribuyó el discurso pronunciado el pasado mes de junio por el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, en el que señalaba que iba a realizar un ajuste de mitad de ciclo y dar a los mercados el recorte de tipos de interés que estaban demandando.
Poco después de este discurso, el precio del oro comenzó a dispararse hasta superar los 1.550 dólares la onza en el mes de septiembre y alcanzar los 1.560,40 dólares la onza a primeros de ese mes, el precio más alto desde abril de 2013.
Como recuerdan desde MarketWatch, en la década que va entre 2001 y 2010, el precio del metal subió desde los 250 a los 1.250 dólares la onza, lo que supone una ganancia media de 100 dólares anuales. Esta subida se atribuye normalmente al incremento en las compras de joyería por parte de los mercados emergentes, al calor del importante crecimiento económico registrado en la región durante esos años.
Posteriormente, en 2011, la actividad especulativa hizo crecer el precio del oro en 500 dólares en apenas nueve meses, tras los cuales volvió a desplomarse a su nivel anterior, en torno a los 1.250 dólares la onza en la primavera de 2013.
Según Milling-Stanley, en los próximos años el oro va a registrar unas ganancias modestas y sostenibles, “aunque hay que ser muy conscientes del enorme poder que tiene la comunidad de especuladores en el mercado del oro, especialmente a corto plazo”.
En opinión del analista de Wealth Management de US Bank, Rob Haworth, la situación del próximo año presenta algunas características particulares: “el aumento de las perspectivas de la inflación va a resultar un desafío para el oro en el primer semestre de 2020. Una inflación más alta provoca una subida de los tipos de interés, lo que podría desincentivar la demanda de oro”.
También según Haworth, un régimen económico global más estable, se produzca o no acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, podría desactivar la demanda de oro como activo refugio, al reducir los riesgos. Así que, para que el oro siga subiendo se necesitarán nuevos recortes en los tipos de interés y un aumento de los rendimientos negativos de los bonos en todo el mundo.
A más largo plazo, Milling-Stanley no descarta que durante la próxima década se registren movimientos similares a los de la década anterior en el precio del oro: “no creo que la comunidad de especuladores se arriesgue otra vez a perderse los primeros diez años del mercado alcista del oro y los primeros 1.000 dólares de subida del precio, como hicieron a principios de siglo”.