El precio del oro se ha mantenido en una estrecha horquilla durante los dos últimos meses y cada vez queda menos tiempo para que recupere el nivel de los 2.000 dólares la onza que muchos analistas habían previsto para finales de año. Sin embargo, desde Wells Fargo insisten en que es más importante la trayectoria que está llevando el oro que el nivel al que pueda llegar.
En una entrevista con Kitco News, John LaForge, analista del banco estadounidense Wells Fargo, asegura que desde la entidad mantienen la previsión actualizada del precio del oro a final de año en 2.100 dólares la onza, aunque cada vez queda menos tiempo para cerrar 2020.
LaForge ha insistido en que, más allá de las estimaciones del precio a final de año, los inversores deberían prestar atención a la tendencia a largo plazo que afecta al metal precioso. Desde que alcanzó su precio máximo histórico, por encima de los 2.000 dólares la onza, el oro se las ha arreglado para mantener su soporte crítico en torno a los 1.850 dólares la onza, lo que revela su fortaleza subyacente.
“El hecho de que retrocediera hasta los 1.900 dólares la onza y no se mantuviera por debajo de ese nivel durante mucho tiempo significa que hemos entrado en una nueva fase. La tendencia importa mucho más que el precio objetivo, porque cuando se entra en una nueva fase, nunca sabes hasta dónde puede llegar”, afirma LaForge.
En los últimos días, el precio del oro ha conseguido mantenerse por encima de los 1.850 dólares la onza, a pesar de haber caído alrededor de 100 dólares el pasado lunes, 9 de noviembre, tras el anuncio de la farmacéutica Pfizer de que había conseguido una vacuna fiable al 90% contra el coronavirus. Una caída que fue la mayor pérdida diaria registrada por el oro en los últimos siete años.
El analista de Wells Fargo se mostró escéptico respecto a la posibilidad de que el precio del oro pueda volver a niveles superiores a 2.000 dólares la onza antes de final de año, y más bien confía en que alcanzará el objetivo de 2.300 dólares la onza en 2021.
El analista sigue siendo optimista respecto a la trayectoria futura del oro, apoyada por factores como la devaluación de las divisas locales y las inyecciones de efectivo aprobadas por los bancos centrales.
Según él, los Estados Unidos no han sentido aún los efectos de esa devaluación gracias a su nivel de reservas, pero es cuestión de tiempo que comience a experimentar los efectos de la devaluación.
“Estamos asistiendo a un proceso de devaluación masiva de las divisas, así que hay que acudir a activos alternativos como el oro, que sigue teniendo muy buena pinta. Hace falta confiar en un activo que sepas que va a mantener su valor”, señala LaForge en la entrevista.
Otro de los factores que van a seguir apuntalando la subida del precio del oro es la posible subida de la inflación derivada de la mejora del crecimiento de la economía. Aunque los economistas de Wells Fargo no esperan un nivel de crecimiento espectacular para 2021, un entorno de bajo crecimiento provocará que los gobiernos sigan apoyando a la economía con políticas monetarias que van a hacer crecer la inflación.
Por tanto, es cuestión de tiempo que este masivo suministro de dinero entre en la economía global, elevando los índices de inflación. Según LaForge, uno de los motivos por los que la inflación no ha subido aún es porque los consumidores están desapalancándose: gran parte del dinero que han recibido de las ayudas gubernamentales ha ido destinado a reducir sus deudas.
“La inflación no ha hecho acto de presencia aún porque hemos acumulado mucha deuda y eso ha lastrado todo. Probablemente no veremos un repunte de la inflación el año que viene, pero ya vislumbramos lo que se nos viene encima con tanto dinero en el sistema”, añadió.
Según el analista, cuando le inflación se presente en el mercado del consumo, será demasiado tarde, y ahí es cuando empezará a subir el precio del oro.