Durante los últimos años y, especialmente, a raíz de la crisis financiera de 2008, los inversores europeos han estado buscando activos alternativos a las acciones y los bonos que les permitieran diversificar sus inversiones. El oro se presenta como el activo ideal en este sentido: su demanda global como activo de inversión ha crecido un 14% de media desde 2001, y su precio se ha multiplicado por cuatro desde entonces.
En su último informe ‘La relevancia del oro como activo estratégico – Edición europea’, el Consejo Mundial del Oro defiende el papel del metal precioso como activo de inversión y elemento de diversificación de las carteras de los inversores europeos.
Como señala el informe, el oro puede mejorar la rentabilidad de una cartera de inversión, generando retornos a largo plazo; actuando como elemento de diversificación que mitigue las pérdidas en tiempos de crisis; proporcionando liquidez sin riesgo crediticio; y mejorando la rentabilidad total de la cartera.
“Los inversores europeos han experimentado momentos muy complicados durante la última década. La crisis de la deuda soberana que siguió a la crisis financiera global puso de relieve la necesidad de una gestión de riesgos más adecuada. Con la llegada de la nueva década, los inversores se enfrentan a un mayor número de desafíos relativos a la gestión de activos y a la composición de las carteras de inversión”, apuntan desde el Consejo Mundial del Oro.
Entre estos desafíos se encuentran unos tipos de interés que van a permanecer en niveles muy bajos durante bastante tiempo, lo que hará que más inversores recurran al oro, al reducirse el coste de oportunidad de contar con el metal precioso y también la rentabilidad que ofrecían activos como los bonos del tesoro.
Por otro lado, los estímulos fiscales y el aumento de la deuda gubernamental hacen temer un aumento de la inflación, frente a la que el oro constituye un elemento de protección.
A ello hay que añadir elementos de inestabilidad geopolítica, como el Brexit o el impacto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China en naciones exportadores como Alemania, Francia, Holanda o Italia.
Incluso las cuestiones relativas a la preocupación por temas medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) están empezando a ser determinantes para decidir sobre algunos activos de inversión.
Según el informe, “hace tiempo que los inversores europeos reconocen los beneficios del oro. El consumo de oro per cápita en Alemania y Suiza está entre los mayores del mundo. Los inversores institucionales también pueden beneficiarse de destinar una parte de su cartera de inversión al oro. En un entorno como el actual, creemos que el metal precioso tiene un papel cada vez más relevante que desempeñar en ayudar a los inversores europeos a combatir el riesgo y la incertidumbre que se avecinan”.
En las últimas décadas, el oro se ha convertido en un elemento cada vez más presente como alternativa a acciones y bonos en las carteras de inversión. Así, según el Consejo Mundial del Oro, la parte de activos no tradicionales en los fondos de pensiones creció desde el 7% en 1999 hasta el 23% en 2019.
El oro fue el principal beneficiario de este desplazamiento hacia activos no tradicionales: su demanda de inversión global creció a un ritmo del 14% anual desde 2001. En ese mismo periodo, el precio del metal se multiplicó por cuatro.
Conclusiones
En sus conclusiones, el informe señala que “el papel tradicional del oro como activo refugio se pone de manifiesto en momentos de crisis. Pero su doble condición de activo de inversión y bien de consumo significa que es capaz de generar rendimientos también en los buenos tiempos”.
Según el Consejo Mundial del Oro, esta dinámica va a continuar, ante un escenario de incertidumbre política y económica, tipos de interés bajos y preocupación por las bolsas y el mercado de bonos. “Nuestros análisis sugieren que añadir entre un 3 y un 11% de oro a una cartera de inversión europea puede representar una mejora tangible de su rendimiento, sin incrementar el riesgo, de forma sostenible y a largo plazo”, concluyen.