El mercado del oro ha reaccionado al alza a la publicación del dato de la inflación en Estados Unidos en junio. La subida del 0.9% en el IPC estadounidense ha permitido que el precio del metal rebase de nuevo la barrera de los 1.800 dólares la onza, después de varios días de permanecer por debajo.
El pasado martes, 13 de julio, el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos confirmó la subida del 0,9% en el Índice de Precios del Consumidor. Una subida que supera a la del 0,6% que se registró en mayo y está también por encima de lo que esperaran los analistas, cuyo consenso estaba en una subida del 0,5%.
Se trata de la mayor subida mensual desde el mes de junio de 2008, en plena crisis financiera, cuando el IPC subió un 1%. En lo que llevamos de año, la inflación general ha crecido un 5,4%.
Por su parte, el IPC básico (sin contar los costes de alimentación ni energía) creció también un 0,9% en junio, tras haberlo hecho un 0,7% en el mes de mayo. Las previsiones de los analistas apuntaban a una subida del 0,4%.
El IPC básico sigue registrando un crecimiento sin precedentes en los Estados Unidos. Según el informe del Departamento de Trabajo, este índice ha crecido un 4,5% en lo que llevamos de año, el mayor incremento en un periodo de 12 meses desde finales de noviembre de 1991.
Como era de esperar, este recalentamiento de la inflación estadounidense está impulsando el precio del oro, que ha vuelto a rebasar la barrera de los 1.800 dólares la onza. Los contratos de futuros de este metal con entrega en agosto subieron un 0,27% en el día, situándose en 1.810,60 dólares, mientras que el precio spot, a la hora de escribir estas líneas, estaba en 1.813,60.
El fixing de la London Bullion Market Association (LBMA) cerró la sesión del 13 de julio a 1.813,85 dólares la onza.
Los analistas creen que la presión inflacionaria seguirá operando sobre el precio del metal, reduciendo los rendimientos reales de los bonos del tesoro que, la semana pasada, cayeron por debajo del -1% por vez primera desde el mes de febrero.
De todas formas, desde Kitco advierten que el recrudecimiento de la inflación podría acelerar la reacción de la Reserva Federal estadounidense, con una subida de los tipos de interés antes de lo esperado.
De momento, en la última reunión del Consejo de la Fed, el pasado mes de junio, desde este organismo apuntaron que la próxima subida de tipos podría producirse en 2023.
Algunos analistas deslizaron incluso la posibilidad de que la Reserva Federal anuncie ya en agosto una reducción de su programa mensual de recompra de bonos.