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El oro vuelve al primer plano tras la reunión de política monetaria de la Reserva Federal

La reunión que la Reserva Federal ha celebrado esta semana ha servido para aclarar el panorama respecto al futuro a corto plazo de la política monetaria en Estados Unidos. Los expertos creen que, una vez aclarado este punto, es el momento de que el oro tome de nuevo las riendas y vuelva a brillar.

Tras la reunión celebrada esta semana por el Consejo de la Reserva Federal estadounidense, en la que se han aclarado los plazos de retirada del plan de compra de bonos y el calendario de las subidas de tipos de interés, el oro puede comenzar a recobrar el protagonismo que había perdido durante los últimos meses.

De momento, su precio ha recuperado niveles que no se registraban desde hace semanas. El precio spot está ahora mismo a 1.807,70 dólares la onza, mientras que el fixing cerró la sesión del jueves, 16 de diciembre, en la London Bullion Market Association (LBMA), a 1.795,70 dólares la onza.

Tras su reunión, la Fed comunicó que iba a doblar el ritmo de retirada de su programa de compra de bonos, a 30.000 millones de dólares al mes y que es probable que, durante 2022, se lleven a cabo hasta tres subidas de tipos de interés.

Según la analista de metales preciosos de Standard Chartered, Suki Cooper, “el mercado del oro estaba siendo bastante cauto antes de la reunión y la reacción en el precio demuestra que ya se habían descontado unos cuantos factores negativos. Se esperaba esta reacción a la aceleración de la retirada del programa de compra de bonos de la Fed, dada la alta sensibilidad que muestra el oro ante la inflación”.

La subida del precio del metal el jueves, 16 de diciembre, se justifica por el hecho de que el mercado ya había descontado el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal: el precio del oro tiende a reafirmarse tras la primera subida de tipos de interés del ciclo o tras el anuncio de la retirada del programa de ayudas ya que, históricamente, el mercado suele descontar esos movimientos con bastante antelación”, señala Cooper.

El pasado miércoles, 15 de diciembre, el mercado vio cómo se daban ambas condiciones: un nuevo calendario para la retirada de las ayudas y previsiones sobre las subidas de tipos de interés.

Así, la Fed decidió acelerar la retirada del programa de compra de bonos a 30.000 millones de dólares mensuales desde mediados de enero y elevó las previsiones de inflación, además de prever tres subidas de tipos en 2022 y 2023, y dos más en 2024.

La futura evolución del precio del oro dependerá, según los analistas, de lo que haga una vez rebasados los 1.800 dólares la onza, ya que éste es un nivel de resistencia crítico.

“El oro ha cambiado recientemente y está siguiendo más de cerca el estado de los rendimientos reales que el dólar. Aunque esto debería constituir un obstáculo a medio plazo, las perspectivas son optimistas a corto plazo. Es probable que el precio trate de subir por encima de 1.800 dólares la onza el año que viene, aprovechando el posible debilitamiento del dólar y el hecho de que los rendimientos reales sigan siendo negativos. Así que esperamos que el precio promedie los 1.774 dólares la onza en 2022, señala la analista de Standard Chartered.

Desde la entidad financiera creen que el precio del metal alcanzará los 1.875 dólares la onza durante el primer trimestre del año que viene: “la inflación y las expectativas de subida de los tipos de interés van a ser factores clave durante 2022, mientras que el suelo lo establecerá el nivel de demanda de China y la India”, apunta Cooper.

De momento, se espera que el oro cierre el año a la baja, con una evolución negativa del 8,5% durante 2021, aunque el metal ha mostrado gran resistencia: “el oro registró sus precios máximos a comienzos de año, pero luego ha pesado la rotación de activos debida a que la alta efectividad de las vacunas ha permitido la recuperación de la economía y la vuelta de los inversores a los activos de riesgo, concluye la analista.

Otros bancos centrales han mantenido también reuniones de política monetaria durante estos días: mientras que el Banco Central Europeo decidió mantener su política monetaria y dejar intactos los tipos de interés, el Banco de Inglaterra ha sido el primero de entre los bancos centrales del G7 en volver a elevar los tipos de interés para hacer frente a la subida de la inflación.

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