El Parque Zoológico de la ciudad canadiense de Calgary acogió recientemente a una familia de osos panda cedidos amistosamente por las autoridades chinas durante diez años. Se trata de la pareja Er Shun y Da Mao y sus cachorros gemelos Jia Panpan y Jian Yueyue. A la feliz acogida se ha sumado la Royal Canadian Mint que ha inmortalizado su presencia en una moneda de 8 dólares canadienses en plata y a color, haciendo la competencia al famoso bullion “Panda Chino”.
Sandra Hanington, presidenta y directora ejecutiva de la Royal Canadian Mint (Real Casa de la Moneda de Canadá, Ceca de Ottawa) comentó en el acto de presentación de la moneda en el Zoo de Calgary: “Esta es una gran oportunidad para exhibir la preciosa vida silvestre mientras se crea una moneda que, como la familia de pandas gigantes recientemente adoptada por el zoo de Calgary, es un verdadero regalo de amistad”.
La moneda, acuñada en plata pura de 9999 milésimas, cuenta con un peso de 7,96 gramos, diámetro de 27 milímetros, canto estriado y valor nominal de 8 dólares canadienses, un facial unido siempre al número identificado con la buena suerte y la felicidad del pueblo chino.
El reverso de esta pieza presenta una imagen de un panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) sentado, representado en un color vibrante sobre un relieve tridimensional. A su izquierda aparece la leyenda en inglés y francés “Friendship» y “Amitié” (Amistad) y la traducción al mandarín.
El anverso reproduce la efigie de la reina Isabel II, realizada por Susanna Blunt.
En medios de inversores y coleccionistas ha llamado la atención el oportunismo canadiense, ya que basándose en el famoso bullion “Panda Chino” acuñan una moneda con similar reverso, si bien el resto de las características son muy diferentes. El “Panda Chino”, que viene emitiéndose desde 1983, tiene un peso de 30 gramos de plata de 999 milésimas y su diámetro es de 42 milímetros.
El hábitat del oso panda se limita a seis cordilleras en las provincias centrales chinas de Sichuan, Gansu y Shanxi. Un censo reveló que 1.864 pandas gigantes permanecen en libertad, y 300 más se encuentran en centros de cría y zoológicos de todo el mundo; Felizmente, el panda fue degradado de “especie en peligro” a “vulnerable” en 2016.
Un panda puede comer bambú hasta 16 horas al día, y necesita consumir hasta 15 kilogramos para satisfacer sus necesidades nutricionales diarias.
Los pandas gigantes son incuestionablemente adorables, pero como todos los osos, siempre es mejor verlos de lejos. Los molares de un panda son siete veces más grandes que un diente humano, y sus músculos de la mandíbula tienen que ser lo suficientemente fuertes como para masticar bambú resistente.
Las hembras tienen solo un ciclo reproductivo por año, y nada más que durante 72 horas. Para complicar las cosas, el género es difícil de determinar hasta que el panda tenga cuatro años.
Si una madre da a luz cachorros gemelos, uno de ellos corre el riesgo de ser abandonado. En cautiverio, los cuidadores ayudan a criar a ambos cachorros mediante el “intercambio gemelo”: los cuidadores cambian a los mellizos cada pocos días para asegurarse de que cada uno reciba atención individualizada directamente de la madre.