Además de funcionar como activos refugio y, en algunos casos, como metales industriales, los metales preciosos se utilizan también en el sector sanitario. Oro, plata y platino tienen numerosas aplicaciones en este ámbito e incluso son materias primas fundamentales para el tratamiento de algunas enfermedades, entre las que se encuentra el coronavirus.
Según explican desde Mining.com, los metales preciosos se han utilizado para fabricar test y medicamentos que detectan el coronavirus y protegen de la infección. Las pruebas serológicas, un tipo de análisis de sangre, utilizan nanopartículas de oro y plata para determinar con rapidez si existen antígenos en la corriente sanguínea. Éstos resultan fundamentales para determinar si una persona es infecciosa y para asegurase de que el plasma sanguíneo donado para tratar a pacientes infectados es seguro.
Más allá de estos usos diagnósticos y terapéuticos de la plata en la lucha contra el coronavirus, el metal también desempeña un papel en medios usados para evitar el contagio, como las mascarillas. Aunque la plata no es un antiviral, sí ofrece protección frente a las bacterias y elimina olores, lo que resulta fundamental para las mascarillas, sobre todo si hay que llevarlas durante largos periodos de tiempo.
Durante miles de años, la plata se ha utilizado para prevenir infecciones microbianas y fue el agente antimicrobiano más utilizado antes de la aparición de los antibióticos.
Según Mining.com, la pandemia de Covid-19 ha puesto de relieve la tendencia a un aumento de la demanda de metales preciosos en el ámbito de la salud. Una cuestión que tiene mucha importancia, debido a la tendencia al envejecimiento de la población: el gasto nacional de los Estados Unidos en salud crecerá hasta representar el 19,4% del PIB en 2027, equivalente a unos 6 billones de dólares anuales. Y los metales preciosos van a formar parte de ello.
Cáncer
El oro y el platino desempeñan un importante papel en la lucha contra el cáncer, que se ha visto incrementado por los nuevos descubrimientos.
En el caso del platino, sus propiedades naturales ralentizan la división de las células (tanto las sanas como las cancerosas), por lo que lleva mucho tiempo utilizándose en los tratamientos de quimioterapia, en medicamentos como el cisplatino y el carboplatino.
La principal desventaja de estos medicamentos a base de platino es que no son específicos, lo que provoca algunos de sus principales efectos secundarios adversos de la quimioterapia, como la caída del cabello.
Por su parte, las nanopartículas de oro se han convertido en la base de un nuevo tipo de tratamiento más específico. Los investigadores están realizando ensayos sobre nuevas terapias que utilizan nanocápsulas de sílice de oro dirigidas a las células cancerígenas para evitar que se extiendan a las zonas sanas.
Es un tratamiento similar al del platino, que ahoga a las células infectadas, pero más efectivo que aquél atacando a las células enfermas. Se ha mostrado especialmente prometedor en algunas variedades de cáncer como el de próstata, que afecta a un 11% de la población masculina.
Otros usos terapéuticos
Las nanopartículas de oro (esferas diminutas formadas por átomos de oro, que apenas miden unos nanómetros, la milmillonésima parte de un metro) también han demostrado su potencial en la detección y el tratamiento del VIH, el virus del SIDA. Los investigadores fueron capaces de detectar el virus VIH incluso en situaciones en que apenas se había desarrollado, lo que abrió el camino a la detección precoz.
Además, el oro cuenta con propiedades antiinflamatorias que lo hacen idóneo para la fabricación de medicamentos para reducir la inflamación y el dolor de las articulaciones, como la artritis reumatoide.
También se utiliza en test rápidos para detectar la malaria, lo que permite a los médicos diagnosticarla en apenas 20 minutos, lo que tiene un enorme valor en muchas zonas del mundo donde es difícil acceder a un laboratorio.
Platino y paladio
El platino y el paladio comparten similares propiedades biológicas. Mientras que el platino es el preferido para ciertas aplicaciones, el paladio puede sustituir a aquél para aplicaciones biológicas.
Ambos metales son inertes, por lo que apenas reaccionan con otros elementos químicos en ambientes naturales. También son excelentes conductores de la electricidad, lo que los hace idóneos para aplicaciones que suponen estimular directamente ciertos órganos, y muy resistentes. Por ello, han sido muy utilizados para fabricar catéteres, incluso catéteres electrofisiológicos, que utilizan electrodos de platino para medir la actividad muscular cardiaca.
Plata y tecnología médica
La plata tiene propiedades antimicrobianas, lo que quiere decir que los gérmenes no se pueden diseminar en una superficie de este metal. Esto lo hace un componente ideal de muchos dispositivos y herramientas utilizadas en los hospitales.
De hecho, la plata es mucho más utilizada en dispositivos médicos que en medicamentos debido a su toxicidad (un exceso de plata en el organismo puede provocar argiria, una enfermedad que se manifiesta con una coloración grisácea o azulada de la piel). Pero en el campo de la tecnología médica, es el metal más utilizado, por sus propiedades protectoras frente a los gérmenes, en especial frente a los estafilococos, muy presentes en los hospitales. Por eso se usa en la fabricación de estetoscopios, catéteres y tubos respiratorios.
Desde Mining.com aseguran que el sector sanitario acapara actualmente entre el 3 y el 5% del mercado de los metales preciosos. Sin embargo, debido al envejecimiento de la sociedad y la creciente necesidad de aplicaciones sanitarias, el uso y demanda de estos metales se va a incrementar durante los próximos años, conforme se amplía el número de sus aplicaciones en este sector.