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El Parlamento Europeo rebaja la norma de liquidez para el comercio de oro

Hemiciclo del Parlamento Europeo

La campaña emprendida por la London Bullion Market Association (LBMA), el mercado del oro de Londres, destinada a revisar la normativa europea relativa a la liquidez necesaria para las entidades financieras que negocien con oro parece haber tenido éxito. El Parlamento Europeo ha accedido a rebajar alguna de las exigencias contempladas en la normativa, que forma parte del conjunto de normas denominadas Basilea III.

Esta normativa entrará en vigor en la Unión Europea a partir de 2020 y está encaminada a dotar de una mayor estabilidad a los bancos y contribuir a la prevención de situaciones como las que condujeron a la crisis financiera de hace una década.

Sin embargo, desde la London Bullion Market Association (LBMA), organización que agrupa a las principales refinerías de oro, así como a los bancos que negocian con este metal, advirtieron de que algunas de estas normas resultaban demasiado exigentes y podrían incluso expulsar del mercado a algunos operadores.

La normativa propuesta equiparaba el comercio de oro al de cualquier otra commodity o materia prima, lo que significaba que los bancos tendrían que acumular más capital, en proporción al oro que negociaran, como protección frente a una posible caída del precio.

Según explicó a Reuters Sakhila Mirza, directora ejecuta y consejera general de la LBMA, la organización tardó más de un año en convencer al Parlamento Europeo de que rebajara el porcentaje empleado para calcular la llamada Net Stable Funding Ratio (NSFR), el “colchón” que tenían que acumular los bancos.

Para la LBMA, la reducción del 85 al 50% en este porcentaje ha sido un salvavidas, “aunque lo que de verdad necesitamos es que se aplique un 0% en la compensación y liquidación de operaciones con metales preciosos a corto plazo”, precisó Mirza.

A pesar de la reducción del porcentaje al 50%, el mercado de Londres, que realizó transacciones de oro por valor de 6,8 billones de dólares en 2017, corre el riesgo de perder a la mayor parte de sus operadores ya que, según las estimaciones de la LBMA, la nueva normativa va a suponer un incremento del 300% en los costes y va a complicar la financiación de las operaciones por parte de las refinerías y fabricantes.

El principal argumento que maneja el mercado de Londres para hacer frente a esta estricta regulación es que el oro ya es en sí un activo líquido, por los que no necesita un colchón adicional de liquidez.

Esta exigencia podría provocar que algunos bancos opten por deshacerse de su negocio de oro y otros repercutan el incremento de costes a las refinerías, que habitualmente prestan oro para financiar su negocio.

 

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