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El patrón oro, la apuesta de Turquía para proteger su divisa de la guerra Oriente-Occidente

Mapa de Turquía con los colores de la bandera nacional

Turquía cuenta con una posición geográfica envidiable: ejerce de puerta entre Europa y Asia, y controla los estrechos del Bósforo y los Dardanelos, que jalonan la ruta fluvial entre el Mar Mediterráneo y el Mar Negro. Sin embargo, el país se encuentra también en medio de la guerra comercial que enfrenta a Oriente y Occidente, una situación que está influyendo en su economía y, en particular, en su divisa, la lira turca.

Para evitar este impacto en la economía de una de las consideradas economías emergentes, el Gobierno turco ha hecho una importante apuesta estratégica por el oro, incrementando sus reservas estratégicas durante los últimos años hasta el punto de convertirse, junto con Rusia y Kazajistán, en uno de los más ávidos compradores de oro entre los bancos centrales mundiales.

Esta apuesta por el oro resulta muy significativa, según explica Adam Garrie en un artículo de la publicación política Eurasia Future. Para Garrie, está muy claro que el Gobierno de Erdogan debe adoptar una versión del patrón oro, que le permitirá proteger su economía y su divisa de los ataques de las grandes potencias y de los especuladores.

En opinión de Garrie, Turquía está muy bien colocada para adoptar el patrón oro, ya que su economía ha experimentado un crecimiento muy rápido y no sería difícil para el Gobierno atraer la atención de los inversores internacionales en oro para que depositaran allí su metal, beneficiándose de una posición de neutralidad entre Oriente y Occidente.

La teoría que sostiene el autor es que los propietarios del oro “no desean que su metal sea rehén de posibles conflictos políticos, como ha sucedido recientemente con el oro de Venezuela custodiado en el Banco de Inglaterra. La situación de Turquía como potencia geopolítica que se niega a tomar partido en esta nueva Guerra Fría resulta sumamente atractiva”.

De momento, el Banco Central de la República de Turquía ya ha empezado a hacerse con un importante stock de oro. Entre las entidades que han depositado miles de millones de dólares en el país está el Gobierno de Venezuela, lo que ha despertado la ira de los Estados Unidos, que han amenazado a Turquía con posibles sanciones.

Como señala el artículo de Eurasia Future, las ventajas de una hipotética “lira de oro” serían numerosas: protegería a la economía del país frente a posibles crisis financieras globales; evitaría que especuladores como George Soros manipularan el precio de la divisa y mantendría un alto nivel de crecimiento económico con bajos tipos de interés, sin desencadenar una subida de la inflación.

Como explica Garrie, la lira turca perdió el año pasado casi un tercio de su valor, después de que los inversores se deshicieran de la divisa por temor a un recalentamiento de su economía y por la crisis política con los Estados Unidos que se desencadenó a raíz de la detención del pastor estadounidense [Andrew Brunson].

Además, el pasado 22 de marzo, la lira se desplomó más de un 4%, obligando a los reguladores turcos a iniciar una investigación sobre el banco de inversión estadounidense JPMorgan y otras instituciones financieras por presunta manipulación de la divisa.

Según Garrie, “el oro serviría también para abaratar las importaciones de energía (Turquía importa casi toda la energía que consume) y para atraer préstamos en divisas fuertes, con la garantía de que los mismos serían devueltos en una divisa que no se devalúa, como el oro”.

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