A principios del pasado mes de diciembre y en plena crisis por los impagos de su deuda internacional, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, protagonizaba otro de sus habituales golpes de efecto y presentaba la nueva criptomoneda de Venezuela, el Petro, que, respaldada por el oro, petróleo y diamantes del país, serviría para pagar a los proveedores internacionales.
Sin embargo, los planes de Nicolás Maduro pueden sufrir un revés, ya que, como asegura el economista y presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional venezolana, José Guerra, al diario ABC, su creación supone vulnerar la Ley Orgánica de Hidrocarburos de Venezuela que, en su artículo 3, estipula que las reservas de petróleo que aún no se han explotado no pueden utilizarse como garantía de operaciones comerciales o financieras.
El proyecto del Petro contaba con avales como la reserva petrolífera de Ayacucho, con unas reservas estimadas en más de 5.300 millones de barriles que, a precios de mercado, rozarían los 270.000 millones de dólares. Una reserva que, en teoría, no puede utilizarse para respaldar la nueva criptomoneda venezolana.
Según José Guerra, los dos principales atributos del bitcoin, libertad y confianza, están ausentes en Venezuela. Por un lado, la libertad de comercio no existe desde 2003, año en el que Hugo Chávez implantó el control del cambio de divisa para controlar la inflación y la evasión de capitales que ya entonces amenazaba al bolívar.
Por otro, la confianza en que el Banco de Venezuela respalde el papel moneda existente tampoco existe, ya que, además, no se han emitido los billetes necesarios para hacer frente a la necesidad derivada del alza de los precios.
El resultado de ello es que en Venezuela también existe una importante escasez de billetes de curso legal, lo que ha obligado a muchos ciudadanos y comerciantes a adoptar una economía de trueque, y ha permitido la proliferación de monedas paralelas al bolívar, de uso local en determinados barrios o ciudades.
En opinión de Guerra, con la nueva criptomoneda sucedería lo mismo que con el bolívar: la falta de respaldo va a hacer imposible frenar la hiperinflación.
El oro venezolano, llega con cuentagotas
Otras de las ideas del Gobierno de Maduro para hacer frente a la complicada situación económica del país, el proyecto de la minería de oro “justa” del Arco Minero del Orinoco, tampoco está ofreciendo los resultados esperados.
Este plan prometía el incremento de las reservas de oro del país a razón de más de una tonelada mensual, lo que ayudaría a situar a Venezuela entre los 10 países con mayores reservas de oro del mundo. Sin embargo, más de un año después de la implementación del mismo, el oro está llegando con cuentagotas, y en una calidad que hace imposible su homologación internacional.
A pesar del plan, las reservas de oro de Venezuela no solo no han aumentado en el último año, sino que se han reducido en 1,3 toneladas.