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El platino comenzó la remontada en 2018, pero el paladio seguirá estando por encima

Tabla periódica

En septiembre de 2017, el platino y el paladio intercambiaron sus posiciones y el segundo superó en precio al primero, un metal que, tradicionalmente, había sido más caro que el oro. Desde entonces, la diferencia entre ambos ha crecido hasta niveles nunca vistos, aunque desde el mes de agosto pasado, el platino ha cambiado de tendencia.

El artículo de Bruce Ikemizu, analista del ICBC Standard Bank, publicado en el último número de la revista Crucible, editada por la Singapore Bullion Market Association (SBMA), hace un interesante repaso por la evolución de los mercados del platino y el paladio durante los últimos meses y apunta las tendencias que pueden seguir ambos en el futuro.

En opinión de este analista, el platino ha mostrado un claro cambio de tendencia a partir de mediados de agosto de 2018. Desde que alcanzara su precio récord de 2.300 dólares la onza, tras la quiebra de Lehman Brothers y debido a los problemas de suministro eléctrico en el principal productor, Sudáfrica, el platino cayó hasta su mínimo histórico, 755 dólares la onza.

Desde entonces, el metal ha sufrido altibajos, derivados de la aprobación de una regulación más estricta en los referido a las emisiones contaminantes de los vehículos diésel, que constituyen la principal fuente de demanda del platino.

La manipulación del software de control de emisiones por parte de Volkswagen en 2015, conocido como el ‘dieselgate’, provocó una caída de la cuota de este tipo vehículos en Europa, su mayor mercado, que ha afectado a la demanda de este metal.

Este movimiento global contra los motores diésel ha influido en el sentimiento de los inversores, ya que sigue existiendo un importante suministro minero por parte de Sudáfrica, a lo que hay que añadir el suministro que procede del reciclaje de catalizadores y joyas, cada vez más importante.

Todo ello, unido a la debilidad de la divisa sudafricana, el rand, hace que los inversores ahora mismo no contemplen la posibilidad de invertir en platino.

Además, según explica Ikemizu, éstos están más interesados ahora mismo en el oro y el paladio. El primero atrae históricamente a muchos inversores, los bancos centrales entre ellos, y es un activo con el que siempre hay que contar. El segundo está viendo cómo crece la demanda por parte de la industria automovilística, que lo necesita para la fabricación de catalizadores para los vehículos de gasolina.

Este crecimiento de la demanda ha provocado un déficit de suministro que ha despertado aún más el interés de los inversores. Como resultado de estos movimientos, el precio del platino cayó respecto al del paladio y el oro.

La pregunta que se hacen ahora muchos inversores es si el platino va a permanecer durante mucho tiempo por debajo del paladio y el oro. En opinión del analista de ICBC, no: “en primer lugar, porque el platino, a menos de 900 dólares la onza, está claramente infravalorado. Por su valor como catalizador y materia prima para joyería, debería ser más valioso que el oro y el paladio. Sus costes de producción superan los 800 dólares la onza”.

Ikemizu estima, sin embargo, que lo peor ya ha pasado y que, a partir de ahora, el precio del platino debería estar por encima de los 800 dólares la onza y acercarse a los 1.000 si el oro se mantiene por encima de 1.400 dólares.

Paladio

Por lo que se refiere al paladio, se ha visto beneficiado por la debilidad del platino. Además, el paladio se utiliza en la fabricación de catalizadores para los motores de gasolina, por lo que su demanda se ha incrementado en los últimos años.

En concreto, la demanda de paladio ha crecido un 100% en la última década, pasando de 180 a 264 toneladas, mientras que el suministro minero por parte de los dos principales productores, Rusia y Sudáfrica, se ha mantenido en las mismas cifras.

El resultado es que se ha producido una situación de déficit de suministro en los últimos siete años, que ha sido el principal factor que ha impulsado el rápido incremento del precio del metal en la última década, desde los 200 dólares la onza de 2009 a más de 1.600 en 2019.

Según el analista de ICBC, no se espera que esta situación de déficit de suministro de paladio se revierta en un futuro cercano. Su producción no se puede incrementar, ya que tanto Rusia como Sudáfrica lo extraen como un subproducto del níquel, en el primer caso, y del platino, en el segundo.

Además, los motores de gasolina van a seguir dominando la producción mundial en los próximos años, ya que los vehículos eléctricos aún representan una porción muy pequeña del pastel.

“Mientras esta situación de suministro y demanda no cambie, el precio del paladio seguirá estando muy por encima del precio del platino, concluye Ikemizu.

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