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El platino también es precioso

¿Por qué cuando hablamos de metales preciosos de inversión nos solemos limitar al oro y la plata? De acuerdo, es más habitual ver monedas y lingotes de plata que de platino o paladio, pero no hay por qué dejar de considerar a estos dos últimos a la hora de invertir en metales preciosos, porque pueden constituir una opción interesante para diversificar la cartera, sin perder de vista su condición, también, de valores refugio.

Hablemos del platino, por ejemplo. Su precio spot está, ahora mismo, por debajo del precio del oro: 957 dólares la onza, frente a 1.228 dólares (datos a 17 de marzo). Pero en muchas ocasiones se ha situado por encima. El máximo histórico del platino, en abril de 2008, fue de nada menos que 2.273 dólares la onza, más de 1.000 dólares por encima del actual precio del oro, y muy por encima, también, del máximo histórico alcanzado por el oro, 1.896,50 dólares, en mayo de 2011.

En otras palabras, que el platino tiene un recorrido al alza incluso aún mayor que el oro y comparte con él su condición de valor refugio, ante la inestabilidad de la economía y los mercados.

El platino, además, cuenta con ciertas peculiaridades: su intenso uso industrial (en un elemento fundamental en la fabricación de catalizadores para reducir las emisiones de los motores diésel) hace que gran parte de su producción se derive a la automoción. Y esto, en un mercado con una producción anual tan limitada como la del platino, puede constituir un inconveniente, porque se ve afectada la demanda de este metal para inversión.

Veamos unas cifras: en 2016 la producción refinada de platino se elevó a poco más de 6 millones de onzas (unas 171 toneladas) toneladas. De ellas, 4,2 millones de onzas procedieron de Sudáfrica, el primer productor mundial. El sector del automóvil se lleva la parte del león de esa producción: 3,4 millones de onzas (96,4 toneladas). El segundo mayor consumidor es el sector de la joyería, con 2,56 millones (75,5 toneladas), mientras que a otros usos industriales se destinan 1,76 millones de onzas (unas 50 toneladas).

¿Cuánto les queda a los inversores? Pues unas exiguas 5 millones de onzas (14,3 toneladas), de las cuales 12,2 toneladas se han destinado a lingotes y monedas de platino. Es decir que, si se quiere, se puede invertir en platino.

A la hora de invertir en platino hay que tener en cuenta que es un mercado mucho más limitado que el del oro, y cuyo precio se mueve por variables diferentes. Por ejemplo, la crisis de Volkswagen por la manipulación de los motores diésel no afectó al mercado del oro, pero sí al del platino, ya que éste es un componente utilizado en esta industria.

Pese a ello, cada vez son más los operadores del mercado que apuestan por la inversión en platino. La Münze Österreich (Casa de la Moneda de Austria) comenzó a acuñar sus Filarmónicas también en una onza de platino, además de las versiones en oro y plata. Y la US Mint reintrodujo los American Eagles también en platino. Es decir, que si las grandes casas de la moneda mundiales apuestan por sacar bullion en platino, está claro que han visto que hay mercado para ello.

Lo dicho, que no solo de oro y plata vive el inversor.

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