Las cualidades físicas de los metales preciosos los hacen muy apropiados para la industria médica y para la fabricación de dispositivos necesarios para el mantenimiento de nuestra salud. Uno de los más apreciados es el platino, un metal que, además de excelente conductor de la electricidad, no causa reacciones en el cuerpo humano. Por ello, el platino se utiliza para la fabricación de marcapasos cardiacos.
Las características únicas del platino lo hacen especialmente apropiado para la fabricación de dispositivos médicos como marcapasos. Como señalan desde el Consejo Mundial de Inversión en Platino (WPIC, por sus siglas en inglés), este metal es un excelente conductor de la electricidad y además es altamente biocompatible, lo que quiere decir que el cuerpo humano lo tolera bien y es muy improbable que cause una reacción alérgica por parte de éste.
Además, el platino es inerte y no se corroe en el interior del cuerpo humano, motivo por el cual todos los electrodos, cables y clavijas de los marcapasos están hechos de platino o de otro metal de su grupo: el iridio.
Los marcapasos, utilizados para tratar ciertas anormalidades en el ritmo cardiaco, son en realidad pequeños dispositivos eléctricos, del tamaño de una caja de cerillas y con un peso de entre 20 y 50 gramos. Emiten pulsos eléctricos que obligan al corazón a latir a un ritmo normal cuando el cuerpo no realiza esta función correctamente.
De esta forma, garantizan que la sangre circule correctamente, llevando el oxígeno a todas las partes del cuerpo y evitando el deterioro de los órganos por falta de éste.
Estos dispositivos se inventaron en el año 1926 y actualmente se implantan por medio de una sencilla operación que dura menos de dos horas. Tienen una vida útil de aproximadamente 20 años.
Se calcula que cada año se implantan alrededor de 700.000 marcapasos en todo el mundo, un mercado que se está ampliando debido a diversos factores socioeconómicos: el número de personas mayores de 65 años se duplicará para el año 2050, representando aproximadamente el 20% de la población mundial.
Además, el acceso a la atención sanitaria está creciendo tanto en los países desarrollados como en los emergentes. Por ello, no es extraño que la demanda de platino para aplicaciones médicas haya crecido también: en 2018, el 3,2% de la demanda global de platino fue para este sector, que totalizó 240.000 onzas (7,46 toneladas). Una cifra que se espera superar en 2019.
