A diferencia de otros metales preciosos como el oro y la plata, que llevan muchos siglos con nosotros y han sido utilizados por numerosas civilizaciones para acuñar moneda y para fabricar diversos tipos de joyas y adornos. En cambio, el platino se ha incorporado muy recientemente al grupo de los metales preciosos y, debido a sus propiedades físicas y químicas, solo se ha podido utilizar desde hace muy poco tiempo para fabricar joyas y acuñar monedas.
Como explican desde el Consejo Mundial de Inversión en Platino (WPIC, por sus siglas en inglés), el platino es, a la vez, un metal precioso y un metal industrial, debido a sus singulares propiedades físicas y químicas. Como metal precioso, es muy apreciado en joyería por su pureza, brillo y resistencia. Y como metal industrial, su elevado punto de fusión, su densidad y su estabilidad lo hacen muy adecuado para innumerables aplicaciones, especialmente en el campo de la medicina.
A diferencia de otros metales preciosos como el oro, con el que la Humanidad ha tenido contacto desde hace miles de años, el platino fue descubierto a mediados del siglo XVIII y han sido precisamente las propiedades que lo hacen tan apreciado las que han imposibilitado su uso hasta fechas muy recientes.
En especial, la elevada temperatura de fusión de este metal ha resultado un desafío durante muchos años para los investigadores. De hecho, no fue hasta el año 1782 cuando se logró fundirlo por primera vez, lo que permitiría que comenzara a utilizarse en los sectores joyero e industrial.
La Humanidad lleva fundiendo metales y dándoles forma en moldes desde al menos el año 3.200 a. C., fecha aproximada de fabricación del objeto moldeado más antiguo, una rana de cobre.
En fechas antiguas, era la única técnica con que los artesanos podían dar forma a los objetos metálicos. Hoy día, se utiliza para crear objetos que no pueden crearse de otra manera, por motivos prácticos o económicos.
En el caso de la industria joyera, la técnica del fundido de múltiples piezas permite evitar la repetición de procedimientos tan costosos como soldar y cortar para realizar intrincados diseños.
También se utiliza la técnica del fundido para elaborar productos más grandes o complejos que se utilizan en sectores como el del automóvil, el aeroespacial, el de generación de electricidad o el sector médico, donde los objetos se hacen de una pieza y al tamaño requerido.
Como explican desde el Consejo Mundial de Inversión en Platino, la habilidad de fundir platino para el sector joyero se desarrolló durante décadas y se ha beneficiado de la aparición de nuevas tecnologías que han permitido la creación de diseños de alta calidad, imprescindibles en el mundo de la joyería moderna.
Entre estas nuevas técnicas está la del fundido a altas temperaturas, inicialmente utilizado por la industria aeroespacial, además de nuevos procedimientos de densificación que ayudan a eliminar la contracción del platino cuando el metal pasa de estado líquido a sólido.
Según el WPIC, el uso industrial del platino, incluyendo el fundido, superó al resto de segmentos de la demanda de este metal por primera vez desde 2011, alcanzando el 35% de la demanda neta.
El segundo mayor segmento de demanda fue el de joyería, con un 34% de la demanda neta.