El índice de precios del consumidor en Estados Unidos volvió a subir de forma importante en el pasado mes de diciembre, lo que provocó que el aumento anual de la tasa de inflación en el país fuera el mayor en casi 40 años. Este dato pone en duda el calendario previsto por la Reserva Federal para comenzar a subir los tipos de interés, a partir del mes de marzo, y ha propiciado un importante impulso al precio del oro.
El precio fixing del oro establecido por la London Bullion Market Association (LBMA) tras el cierre de la sesión del 12 de enero fue de 1.821,40 dólares la onza. A la hora de escribir este artículo, el precio spot rondaba ya los 1.826 dólares, mientras que el de los contratos de futuros de oro en el Comex, superaba los 1.826,60.
Este movimiento se ha producido tras conocerse el último dato del índice de precios del consumidor en Estados Unidos, que creció un 0,5% en el pasado mes de diciembre, después de haber crecido un 0,8% en noviembre.
En los últimos 12 meses, la tasa de subida acumulada ha sido del 7,0%, cifra que supone el mayor incremento interanual desde el mes de junio de 1982.
El dato de diciembre ha sorprendido negativamente a los economistas, que barajaban una subida mensual del 0,4%. Entre los argumentos que justifican esta subida de los precios está el hecho de que aún no se han resuelto los problemas en la cadena de suministro industrial provocados por la pandemia de covid-19.
La subida de la inflación ha puesto en jaque tanto al propio presidente Joe Biden, cuya tasa de aprobación está descendiendo de forma alarmante en las encuestas, como a la Reserva Federal.
Hay que recordar que el objetivo de principios del año pasado de la Fed en cuanto a la inflación era el 2% y que se ha rebasado nada menos que en cinco puntos porcentuales.
El pasado martes, 11 de enero, un día antes de conocerse el nuevo dato de la inflación, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, señaló que la institución estaba preparada para hacer lo que fuera necesario para evitar que la inflación se enquistara.
De momento, la primera consecuencia puede ser que la Fed va a tener que revisar su calendario de subida de los tipos de interés, que contemplaba una primera subida para el mes de marzo de 2022.
Por otro lado, la publicación del dato del IPC estadounidense ha tenido también su repercusión en el dólar: la divisa se ha desplomado hasta los 94,750 puntos en el Índice Dólar, que lo compara con el euro, la libra esterlina, el franco suizo, la corona sueca, el yen japonés y el dólar canadiense.
La elevada tasa de inflación va a provocar también una caída de los rendimientos reales de los bonos del Tesoro estadounidense, un activo que tradicionalmente compite con el oro por el favor de los inversores.
Todo ello está beneficiando al metal precioso, que parece haber iniciado el 2022 con mejor pie que terminó 2021.