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El precio del oro se ha revalorizado un 4,7% en dólares y un 11% en euros en 2022

En un entorno económico y geopolítico marcado por la subida de tipos de interés en los Estados Unidos, el aumento de la inflación a niveles máximos en varias décadas, la caída de las expectativas de crecimiento y la guerra en Ucrania, los principales bancos mundiales siguen siendo optimistas con respecto a la evolución de precio del oro durante los próximos meses.

A pesar de que el precio spot del oro ha caído en la jornada del lunes, 25 de abril, por debajo de la barrera de los 1.900 dólares la onza, las expectativas de los principales bancos mundiales respecto a la evolución del metal precioso siguen siendo optimistas, impulsadas por un entorno económico desfavorable que potencia el atractivo del metal precioso para los inversores.

Según el portal alemán Goldreporter, aunque el precio del oro haya caído un 1% en lo que llevamos del mes de abril, su valor en euros ha crecido un 2% durante este mes. Desde principios de año, el metal precioso se ha revalorizado un 4,7% en dólares y cerca de un 11% en euros.

El futuro del metal se presenta brillante, a juzgar por las previsiones realizadas por los analistas de importantes bancos internacionales. Así, desde Bank of America aseguran que esta caída puntual del precio del oro constituye una inmejorable oportunidad de compra para los inversores.

En un reciente informe para inversores, su analista Paul Ciana estima un precio máximo de 1.275 dólares la onza durante este mismo año, por encima del nivel récord alcanzado en agosto de 2020, aunque también contempla un escenario bajista que llevaría el metal a los 1.840 dólares la onza.

Por su parte, los analistas de Credit Suisse creen que, para que la tendencia alcista del metal continúe hasta rebasar su máximo histórico, debe superar el nivel de 2.070-2.075 dólares la onza, lo que le permitiría subir hasta un máximo de 2.300 dólares.

En caso de que esto no suceda, desde el banco suizo plantean un escenario pesimista, que lo llevaría por debajo de los 1.877 dólares la onza.

Desde ANZ Bank, los analistas apuntan al riesgo geopolítico y a las presiones inflacionarias como las principales fuerzas impulsoras de la subida del precio del oro: “la reciente corrección que se ha producido en los mercados de acciones refleja el temor a que se registre una desaceleración en el crecimiento económico global, lo que contribuye a que los inversores cambien sus inversiones desde las acciones a los activos tangibles”.

En su opinión, una subida de tipos agresiva por parte de la Reserva Federal estadounidense (0,75 puntos o más) podría frenar la evolución del precio del oro a corto plazo.

Por el lado contrario, un aumento de la inflación podría mitigar los efectos negativos, especialmente si aumentan las sanciones contra Rusia y crece el riesgo de que se produzca una situación de estanflación (subida de la inflación y recesión económica).

Por último, desde el banco estadounidense Wells Fargo, su analista John LaForge considera el oro como el próximo activo favorito de los inversores y lo compara con el bitcoin: “como reserva de valor, el bitcoin ha recibido mayor atención últimamente por parte de los inversores, pero creemos que el oro podría ser el siguiente. Su precio parece estar subiendo lentamente, mientras que el del bitcoin se ha estancado en un amplio rango de entre 30.000 y 69.000 dólares durante los últimos 12 meses”.

Su previsión de precio del metal es de 2.100 dólares la onza para finales de año.

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