El precio del oro sigue viéndose impulsado por la aversión al riesgo de los inversores en el mercado, que lo han impulsado en las últimas semanas por encima de la barrera de los 1.300 dólares la onza. El metal cotiza ahora mismo en torno a los 1.330 dólares la onza.
Según el informe Commodities Daily que publica el banco alemán Commerzbank, el índice S & P 500 (el más representativo de la situación del mercado en Estados Unidos, elaborado a partir de la capitalización bursátil de 500 grandes empresas cotizadas) alcanzó un nuevo récord anual en la sesión del pasado miércoles, 13 de septiembre.
Además, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense se ha incrementado de forma significativa durante las tres últimas sesiones, lo que en teoría convierte al oro en una inversión mucho menos atractiva, ya que no ofrece rendimientos.
Commerzbank también señala en su informe que, sin embargo, los inversores en “oro papel” (ETF) permanecen fieles al oro y se han aprovechado de la leve bajada de precio para aumentar sus compras, con un volumen de 4,4 toneladas en la sesión del 13 de septiembre.
En cambio, los ETF de plata han registrado importantes flujos de ventas en estas últimas sesiones. Su volumen se eleva a 382 toneladas en lo que llevamos de mes, casi la misma cantidad que en todo el mes de agosto.
Los analistas de Commerzbank consideran que el precio de la plata se está manteniendo relativamente bien, cotizando a 17,9 dólares la onza en la apertura de la sesión de este jueves, 14 de septiembre, y moviéndose de forma coordinada con el precio del oro.
Por lo que respecta al platino, se muestra relativamente débil en comparación con el oro: su diferencial de precio con el metal amarillo ha crecido 345 dólares la onza, el mayor descuento desde mediados del año pasado.
Desde el banco alemán explican que, debido al uso predominantemente industrial del platino, éste se está viendo arrastrado por la caída de precios de los metales de base. Los flujos de sus ETF no han sido significativos durante los últimos días y los inversores financieros especulativos seguían apostando por la subida de precio del platino hasta hace poco.