El oro subió en la jornada del lunes, por cuarto día consecutivo, a su máximo nivel desde el pasado mes de febrero, impulsado por la caída del dólar a mínimos de dos meses y medio, y por la debilidad de los mercados de capitales en los Estados Unidos.
El oro ha superado de nuevo la barrera de los 1.800 dólares la onza y cotiza en estos momentos a más de 1.833 dólares. El precio fixing, al cierre de la sesión del 10 de mayo en la London Bullion Market Association (LBMA) era de 1.840,45 dólares la onza.
Uno de los motivos de esta subida ha sido la caída del dólar a niveles de hace dos meses y medio. El Índice Dólar, que compara la divisa estadounidense con el euro, la libra esterlina, el franco suizo, la corona sueca, el yen japonés y el dólar canadiense, está ahora en 90,3 puntos, después de haber caído hasta 90,04, su mínimo desde febrero.
A ello hay que añadir también la caída de las acciones. El índice Nasdaq Composite perdió un 2,55% el lunes, 10 de mayo y, según los analistas, se registraron momentos de crisis.
Según MarketWatch, esta pequeña crisis ha sido interpretada por algunos inversores como una señal para salir del Nasdaq y apostar por otros sectores del mercado que están en alza, como los metales industriales y los metales preciosos.
Desde Kitco señalan que oro y plata están disfrutando de un impulso alcista a corto plazo, lo que va a atraer a los inversores de otros sectores del mercado, especialmente después de la caída del dólar, que ha registrado su nivel mínimo en los dos últimos meses y medio.
La debilidad del dólar constituye una ventaja para los inversores extranjeros en commodities cuyo precio se establece en la divisa estadounidense, como sucede con el oro.
Además, el metal precioso recibió un impulso el viernes, 7 de mayo, cerrando en su nivel más alto en casi tres meses, después de que el Departamento de Empleo estadounidense informara de un crecimiento de 266.000 empleos en abril, una cifra muy por debajo de las previsiones más pesimistas.
Este resultado ha aumentado la preocupación respecto al ritmo de recuperación de la economía estadounidense de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19.