El oro ha vuelto a atraer la atención de los inversores, sobrepasando brevemente los 1.800 dólares la onza. Aunque aún no ha logrado situarse de forma confortable por encima de esa barrera, algunos analistas consideran que es cuestión de tiempo que regrese a los precios máximos que registró el año pasado, debido a que la Reserva Federal estadounidense no va a ser capaz de contener la subida de la inflación.
En una reciente entrevista con Kitco News, Wade Guenther, socio director de la firma de inversiones Wiltshire Phoenix, ha apuntado a la subida de los rendimientos de los bonos como la causa de la decepcionante actuación del oro durante la mayor parte del año.
En efecto, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años están rozando su máximo nivel de los últimos tres meses y casi se han duplicado desde el año pasado.
A ello hay que añadir que el atractivo del oro como refugio se está viendo perjudicado también por el buen momento de las bolsas, cuyos índices no paran de registrar nuevos récords.
Pese a todo ello, el oro cuenta con importantes aliados, como son la inflación y la creciente amenaza de estanflación, que obligan a los inversores a buscar medios de protegerse.
Así, durante los últimos cinco meses, el Índice de Precios del Consumidor de Estados Unidos se ha situado por encima del 5%. Según Guenther, “si me hubieran preguntado por el precio del oro el año pasado, con una inflación del 5%, habría asegurado que estaría en niveles récord, otra vez por encima de los 2.000 dólares la onza”.
Sin embargo, esta presión inflacionaria no está beneficiando de momento al precio del oro, sino que aumenta las expectativas de un endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal estadounidense.
El mercado espera que la Fed comience a reducir su programa de compra de bonos antes de final de año y ya está descontando una subida de tipos de interés para junio de 2022.
“Parece que la gente aún confía en la Fed, pero yo no la veo capaz de enfrentarse a la curva de la inflación”, advirtió Guenther.
El socio director de Wiltshire Phoenix añadió también que el actual entorno inflacionario es diferente respecto al de los últimos años, en los que subía debido a la demanda de los consumidores. Ahora, los precios están subiendo a causa de unos problemas de suministro cada vez mayores en todo el mundo, que algunos economistas creen que tardarán hasta cinco años en resolverse.
“La Reserva Federal no puede hacer nada para solucionar los problemas de suministro. Sus herramientas no funcionan, porque la inflación va por el otro lado. No es una inflación provocada por la demanda de los consumidores”, advierte Guenther.
Además, la Fed tampoco tiene mucho margen de maniobra en cuanto a la política monetaria, ya que la creciente deuda pública ha limitado la posibilidad de subir los tipos de interés.
Una vez que el precio del oro vuelva a subir por encima de los 1.800 dólares la onza, Guenther espera que el mercado vuelva a entrar en fase alcista en cuestión de tiempo.